La NASA pretende probar la tecnología espacial desarrollada por SpinLaunch, que acelera un vehículo de lanzamiento a velocidades hipersónicas mediante una suerte de centrifugadora eléctrica en vez de un cohete, como se hace de manera habitual.
La estructura está instalada a las afueras de la ciudad de Las Cruces, en Nuevo México. En su interior, el edificio cuenta con un brazo mecánico que hace girar un proyectil, con algún tipo de carga dentro, en una cámara de vacío hasta alcanzar velocidades superiores a los 8,000 km/h. Posteriormente, lo suelta hacia arriba para ponerlo en órbita, lo que permite prescindir de un cohete y de toneladas de combustible.
La primera prueba de este innovador sistema de lanzamiento se llevó a cabo en octubre del año pasado y ahora la NASA está interesada en el proyecto. De acuerdo con Jonathan Yaney, CEO de SpinLaunch, su tecnología permite poner cargas en órbita con solo 30 por ciento del combustible que se requiere en un lanzamiento convencional.
La intención de la compañía es construir una nueva instalación con capacidad orbital y con la que podría poner en órbita cargas hasta tres veces más grandes. Si todo sale según lo programado, estas pruebas se podrán llevar a cabo en algún momento de 2025.
“SpinLaunch ofrece un servicio único de vuelo suborbital y de pruebas de alta velocidad, y el reciente acuerdo de lanzamiento con la NASA marca un punto de inflexión clave a medida que SpinLaunch pasa a centrarse en el desarrollo de la tecnología a las ofertas comerciales. Lo que empezó como una idea innovadora para hacer el espacio más accesible se ha materializado en un enfoque técnicamente maduro y que cambia el juego del lanzamiento”, explica Yaney.
De esta manera, la propuesta de la empresa podría convertirse en una alternativa más asequible para poner en órbita cargas pequeñas y satélites, algo que ha entusiasmado incluso a la NASA.