En los últimos años, José Maza se ha transformado en una figura recurrente de los medios de comunicación chilenos.
El astrónomo, premio nacional de Ciencias Exactas, ha desempeñado una importante labor al acercar la ciencia y la astronomía a los habitantes de su país, en particular a los más jóvenes.
Esto lo ha conseguido por medio de la publicación de varios libros, entre ellos Somos polvo de estrellas y Marte: la próxima frontera, y la realización de eventos masivos de difusión científica que han congregado a miles de asistentes.
Como parte del Mes de la Herencia Hispana, que comprende del 15 de septiembre al 15 de octubre, conversamos con el científico acerca de la importancia de la ciencia, la educación y la tecnología en Latinoamérica, además de la exploración espacial y su último libro, Dibujando el cosmos.
“Era un libro que quería escribir, porque por muchos años di clases de historia de la astronomía, y tenía muchos apuntes sobre esos temas”, señala el astrónomo de la Universidad de Chile.
¿Cómo define el trabajo de difusión y divulgación científica que realiza?
Yo ahora lo que quiero es divulgar la ciencia desde lo cotidiano. Por eso, en vez de hablar de agujeros negros y de cuásares, me gusta buscar temas de inspiración astronómica, pero que toquen con lo cotidiano, con la cultura.
¿Cómo se puede incentivar que más niñas y niños estudien carreras científicas?
Tenemos que potenciar la educación y la cultura a través de la lectura. Los muchachos ahora pasan viendo estupideces en su celular, en vez de estar leyendo. La lectura te puede llevar a mundos que ya no están, que existieron. Hay que fomentar el interés de los alumnos por meterse en historias que están escritas.
Usted decidió estudiar astronomía en un país donde no se le da importancia a las carreras científicas…
Me encanta ver a niñas de ocho años que me dicen que quieren ser astrónomas. Yo, cuando chico, nunca supe que la astronomía era algo en lo que podía trabajar, hasta que tuve como 18 años. Hace 50 años nadie te motivaba para que estudiaras astronomía. Ahora se trata de abrir el horizonte a todo y dejar que deambulen.
Esa falta de interés hacia las carreras científicas es algo que atraviesa toda Latinoamérica.
Una de las tragedias de América Latina es que no ha entendido o tal vez no ha querido entender el valor inconmensurable que tienen la educación, la ciencia y la tecnología. Tendríamos que hacer un esfuerzo por invertir más en educación, ciencia y tecnología, y a los niños y a los jóvenes hay que estimularlos para que siempre quieran aprender más.
Chile, en particular, se presta mucho para el desarrollo de la astronomía.
El norte de Chile es un lugar excepcional para hacer astronomía, por lo mismo deberíamos hacer un esfuerzo por invertir en ciencia y tecnología. ALMA es un telescopio a nivel mundial y está entregando resultados que son maravillosos, únicos.
¿Qué opina sobre el nacimiento del turismo aeroespacial con la aparición de millonarios como Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson?
En toda actividad humana, mientras más actores haya, más posibilidades tenemos que las cosas ocurran. Elon Musk partió con algunas ideas bien revolucionarias y las implementó, como el reutilizar un mismo cohete. Pero si nunca sale de ese nicho de superricos, se va a convertir solo en una excentricidad.