Imagine formas de vida microscópicas, como las bacterias, transportadas por el espacio y aterrizando en otro planeta. Las que encuentren las condiciones adecuadas para su supervivencia podrían comenzar a multiplicarse nuevamente, provocando vida en el otro lado del universo.
La teoría, llamada panspermia, apoya la posibilidad de que los microbios puedan migrar entre planetas y distribuir la vida en el universo. Controvertido durante mucho tiempo, este supuesto implica que las bacterias sobrevivirían al largo viaje en el espacio exterior, resistiendo el vacío, las fluctuaciones de temperatura y las radiaciones.
«Algunos piensan que la vida es muy escasa y ocurrió solo una vez en el Universo, mientras que otros piensan que puede ocurrir en cada planeta que tenga las condiciones. Si la panspermia es posible, la vida debe existir más a menudo de lo que pensábamos «, afirma Akihiko Yamagishi, profesor de la Universidad de Tokio e investigador principal de la misión espacial Tanpopo.
Teoría puesta a prueba
En 2018, Yamagishi y su equipo probaron la presencia de microbios en la atmósfera. Usando un avión y globos científicos, encontraron bacterias deinococcus flotando 12 kilómetros sobre la Tierra.
Si bien los deinococcus forman grandes colonias (fácilmente mayores de un milímetro) y son resistentes a los peligros ambientales, como la radiación UV, ¿podrían resistir el tiempo suficiente en el espacio para respaldar la posibilidad de panspermia?
Para responder la pregunta, Yamagishi y el equipo de Tanpopo, probaron la supervivencia de la bacteria deinococcus en el espacio.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Microbiology, muestra que los agregados gruesos pueden proporcionar una protección suficiente para la supervivencia de las bacterias durante varios años en el duro entorno espacial.
Yamagishi y su equipo llegaron a esta conclusión colocando agregados secos de deinococcus en paneles de exposición fuera de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Las muestras de diferentes espesores se expusieron al entorno espacial durante uno, dos o tres años y luego se analizaron para determinar su supervivencia.
Después de tres años, los investigadores encontraron que todos los agregados superiores a 0.5 mm sobrevivían parcialmente a las condiciones espaciales.
Las observaciones sugieren que si bien las bacterias en la superficie del agregado murieron, generaron una capa protectora para las bacterias que estaban debajo, garantizando la supervivencia de la colonia.
Utilizando los datos a uno, dos y tres años de exposición, los investigadores estimaron que una pastilla de más de 0,5 mm habría sobrevivido entre 15 y 45 años en la EEI.
El diseño del experimento permitió al investigador extrapolar y predecir que una colonia de 1 mm de diámetro podría sobrevivir hasta 8 años en condiciones del espacio exterior.
«Los resultados sugieren que la bacteria deinococcus radiorresistente podría sobrevivir durante el viaje de la Tierra a Marte y viceversa, es decir, varios meses o años en la órbita más corta», afirma Yamagishi.
El trabajo proporciona, hasta la fecha, la mejor estimación de la supervivencia bacteriana en el espacio.
¿Es concluyente?
Si bien los experimentos anteriores demuestran que las bacterias podrían sobrevivir en el espacio durante un largo período si se benefician del blindaje de las rocas (es decir, litopanspermia), este es el primer estudio espacial a largo plazo que plantea la posibilidad de que las bacterias puedan sobrevivir en el espacio en forma de agregados, planteando el nuevo concepto de massapanspermia.
Aunque la investigación avanza en la teoría de la panspermia, la transferencia de microbios también depende de otros procesos, como la expulsión y el aterrizaje, durante los cuales aún debe evaluarse la supervivencia de las bacterias.