Microbios descubiertos en las capas de suelo poco profundas y ricas en arcilla en el desierto de Atacama, en el norte de Chile y considerado el lugar más árido de la Tierra, podrían ser clave en la búsqueda de vida en Marte.
Un estudio de la Universidad de Cornell y el Centro de Astrobiología de España sugiere que depósitos similares debajo de la superficie marciana podrían contener microorganismos, los que podrían ser encontrados fácilmente en futuras misiones al planeta rojo.
Los científicos presentaron una base planetaria para identificar marcadores microbianos en las excavaciones poco profundas que los rovers realicen en la arcilla marciana, según se describe en un trabajo publicado en la revista Nature Scientific Reports.
En el ambiente seco en Atacama, los científicos encontraron capas de arcilla húmeda, aproximadamente a una distancia de un pie (unos 30 centímetros) debajo de la superficie, que están habitadas por microorganismos.
«Nuestro descubrimiento sugiere que algo similar pudo haber ocurrido hace miles de millones de años, o aún puede estar ocurriendo, en Marte”, afirma el Alberto G. Fairén, científico de la Universidad de Cornell.
Si los microbios existieron en Marte, sus biomarcadores probablemente se conservarían allí, dijo Fairén. «Si los microbios aún existen, la última vida marciana posible puede estar descansando allí”, aseveró.
El planeta rojo verá rovers cruzando la superficie allí en los próximos años. El rover Perseverance de la NASA aterrizará en Marte en febrero de 2021; mientras que el europeo Rosalind Franklin llegará en 2023. Ambas misiones buscarán biomarcadores microbianos en la arcilla debajo de la superficie del planeta.
Este documento ayuda a orientar la búsqueda para informar dónde debemos buscar y qué instrumentos utilizar en la búsqueda de la vida”, añadió el investigador.
30 especies microbianas
En la región de Yungay del desierto de Atacama, los científicos encontraron que la capa de arcilla, un hábitat de vida microbiana no reportado previamente, está habitada por al menos 30 especies microbianas amantes de la sal de bacterias metabólicamente activas y arqueas (organismos unicelulares).
El descubrimiento de Atacama de los investigadores refuerza la noción de que el primer Marte pudo haber tenido un subsuelo similar con nichos habitables protegidos, particularmente durante los primeros mil millones de años de su historia.
«Es por eso que las arcillas son importantes. Conservan los compuestos orgánicos y los biomarcadores extremadamente bien y son abundantes en Marte”, precisó el investigador.