Una investigación publicada en la revista Geology afirma que la explosión de un cometa habría originado las grandes placas de vidrio de silicato en la superficie del desierto de Atacama, en el norte de Chile.
En el trabajo, los investigadores evidencian que las muestras de vidrio del desierto contienen fragmentos con minerales que suelen ser halladas en rocas de origen extraterrestre.
De hecho, esos minerales coinciden con la composición del material devuelto a la Tierra por la misión Stardust de la NASA, que tomó muestras de un cometa conocido como Wild 2.
De acuerdo con los científicos, esos conjuntos minerales probablemente son los restos de un objeto que proviene de fuera de nuestro planeta, como un cometa, que se precipitó luego de la explosión que derritió la superficie arenosa.
“Esta es la primera vez que tenemos evidencia clara de vidrios en la Tierra que fueron creados por la radiación térmica y los vientos de una bola de fuego que explotó justo sobre la superficie”, explicó Pete Schultz, profesor de la Universidad de Brown.
“Para tener un efecto tan dramático en un área tan grande, esta fue una explosión verdaderamente masiva. Muchos de nosotros hemos visto bolas de fuego que atraviesan el cielo, pero esos son pequeños puntos en comparación con esto”.
Todo un espectáculo
Los campos de vidrio verde oscuro o negro se encuentran dentro de un corredor que se extiende unos 75 kilómetros.
Los investigadores afirman que el análisis reveló conjuntos de minerales exóticos que solo se encuentran en meteoritos y otras rocas extraterrestres.
“Esos minerales son los que nos dicen que este objeto tiene todas las marcas de un cometa”, agregó Scott Harris, geólogo planetario del Fernbank Science Center y coautor del estudio.
“Tener la misma mineralogía que vimos en las muestras de Stardust contenidas en estos vasos es una evidencia realmente poderosa de que lo que estamos viendo es el resultado de un estallido de aire cometario”.
El equipo de investigadores asegura que se necesitan más estudios para determinar las edades exactas del vidrio, lo que serviría para saber cuándo ocurrió exactamente el evento.
Por ahora, la datación tentativa sitúa el impacto justo en el momento en que los grandes mamíferos desaparecieron de la región.
“Es demasiado pronto para decir si hubo una conexión causal o no, pero lo que podemos decir es que este evento ocurrió casi al mismo tiempo que cuando pensamos que la megafauna desapareció, lo cual es intrigante”, agregan.
“También existe la posibilidad de que esto haya sido presenciado por los primeros habitantes, que acababan de llegar a la región. Habría sido todo un espectáculo”.