«El futuro no es algo que simplemente sucederá, sino que podemos cambiarlo. De lo contrario, nos convertiremos en sus víctimas», sugirió Mårten Levenstam, jefe de estrategia de producto de Volvo, en un tono tranquilo y reflexivo.
La metamorfosis por la cual atraviesa en estos momentos la compañía sueca refleja la transformación que experimenta toda la industria automotriz. El conceptual 360c, presentado en la sede central que la firma tiene en Gotemburgo, Suecia, pone de relieve estos cambios. Es completamente autónomo, no tiene pedales ni volante. Es completamente eléctrico. Está conectado. Y, a un nivel diferente pero igualmente importante, hizo su debut mundial en un evento independiente en lugar de aparecer en un salón internacional de automóviles.
Para sentarnos a conversar, debemos saber un hecho de la causa: el 360c jamás alcanzará la línea de producción. Volvo no reemplazará su XC40 con este prototipo, que bien podría definirse como una caja con ruedas que convierte al conductor en un simple pasajero. Más que nada, los diseñadores y ejecutivos de la empresa quieren iniciar una conversación sincera sobre cómo los autos autónomos encajarán en nuestra sociedad, los beneficios que pueden brindarnos y los obstáculos que se interponen en su camino.
“Básicamente, los hermanos Wright eran unos mecánicos de bicicletas que inventaron la aviación por accidente. Nadie entendió lo que estaba pasando. Ellos escribieron los titulares, pero nadie podría haber escrito en ese momento la crónica completa sobre los cambios masivos que traería para el transporte aéreo”, señaló Levenstam. El ejecutivo aportó con otro ejemplo: “Cuando vi el primer teléfono inteligente pensé que era igual a mi viejo y estúpido teléfono, pero sin botones. Pero ya sabemos que la historia no fue así y lo que ocurrió con los dispositivos conectados fue bastante diferente”.
El desarrollo de los autos sin conductor se encuentra en un punto similar, argumentó Levanstam. Es más que un automóvil sin volante o un taxi sin conductor, sino que puede tener implicancias de largo alcance en la forma en que se mueven millones de personas. El concepto 360c de Volvo explora, justamente, uno de esos factores, al proponer una alternativa a los vuelos que toman alrededor de una hora.
La compañía sueca cree que la mayoría de los viajeros preferiría pasar tiempo descansando, trabajando o durmiendo en un automóvil autónomo, en lugar de conducir hasta el aeropuerto, correr al chequeo y sortear los controles de seguridad, para terminar sentados en un avión durante una hora, rodeados por personas extrañas, muchas de ellas estornudando y, las más jóvenes, gritando o llorando…
“Definitivamente, la idea no es que Volvo se transforme en una aerolínea. Aunque, si lo analizamos, no hay muchas aerolíneas que también fabriquen aviones ni muchos fabricantes aeronáuticos que operen una línea aérea. Podríamos reemplazar a Airbus y Boeing, como proveedores en este rubro, vendiéndoles este tipo de autos a Lufthansa, Air France, Japan Airlines o la firma que sea», dijo Levenstam. El plan de Volvo tampoco suena descabellado: imagina volar de Fráncfort a Nueva York y que uno de sus transbordadores como el 360c te lleve del aeropuerto JFK a Filadelfia, en un viaje operado por Delta. O bien, si existiera la infraestructura adecuada, viajar por la noche de Berlín a Copenhague.
Uno de los principales atractivos del interior del 360c es que toma varias diferentes formas. En una configuración, se transforma en un salón con cuatro asientos individuales, dos mirando hacia atrás y una mesa en el medio. En otra, es una pequeña habitación privada, con un solo asiento, que se reclina en una cama para un lujo total en viajes más largos. Es para personas que no quieren abandonar su zona de confort. Los diseñadores también imaginan el interior con un fregadero, una pantalla ancha para el entretenimiento y un gabinete con tres espaciosos cajones. El superior tiene pertenencias personales y el del medio almacena comida para el viaje, mientras que el inferior es lo suficientemente grande para una almohada y una cobija que es pura vanguardia…
Sí, leíste bien. Demostrando que está completamente enfocado en el transporte autónomo, Volvo está en las primeras etapas de desarrollo de ese artículo y aunque todavía no tiene prototipo, espera tener la tecnología lista cuando comience la producción de su primer auto sin conductor.
Esta cobija de alta tecnología es solo una pieza de un alucinante rompecabezas. “Nada de lo que ves hoy (en el 360c) existe en el sentido de que podríamos comenzar a producirlo mañana, pero mucho de eso tampoco es ciencia espacial. Una de las cosas clave que debemos resolver técnicamente es el hecho de que tendríamos a las personas sentadas mirando hacia atrás, y tenemos que esforzarnos para hacerlo absolutamente seguro en el caso de producirse una colisión. Aparte de eso, todo lo que vemos en este modelo es tecnología conocida”, dijo a Digital Trends el vicepresidente de investigación y desarrollo de Volvo, Henrik Green.
Agregó que una parte del conceptual 360c que probablemente no alcance la producción es el interior modular. Es más fácil y mucho más rentable crear un cuerpo que pueda adaptarse a varios interiores que crear un paquete con una configuración fija. Los usuarios que necesitan un carro con litera pueden pedir uno a su medida, y aquellos que quieren uno para irse de fiesta pueden pedir un auto más divertido. Por supuesto, como no hay nada actualmente a firme, Volvo podría cambiar de opinión a medida que se acerque el momento de pasar a la producción. El factor sorpresa innegable de un interior que cambia con solo presionar un botón podría valer la pena el costo y el esfuerzo necesarios para desarrollarlo.
Una vez que se pueda desenvolverse de manera confiable, el automóvil autónomo necesitará mezclarse con el tráfico ordinario. Para eso, la comunicación será clave, por lo que Henrik Green enfatizó que ningún otro actor vial debería de malinterpretar las señales de un Volvo. Con ese fin, el 360c emitirá señales audibles y visuales para comunicarse con los peatones y otros autos, ya sean manejados por computadoras o por humanos. Es decir, dejará claras sus intenciones sin dar órdenes. Por ejemplo, podría anunciar: «estoy a punto de girar a la derecha», pero nunca le dirá a otro vehículo: «siga adelante y gire a la derecha». Las investigaciones efectuadas por la casa sueca muestran que la comunicación efectiva es una parte esencial del despliegue seguro de autos autónomos. De lo contrario, nuestras calles se convertirán en un caótico escenario de humanos desesperados y robots desconcertados.
El vicepresidente de investigación y desarrollo de Volvo anunció que la compañía construirá un auto completamente autónomo sin pedales o un volante en la plataforma modular SPA2, que la próxima generación del XC90 inaugurará en 2021. Es comprensible que no quisiera fijar una fecha definitiva para el lanzamiento de un carro sin conductor, dado que su trabajo dependerá de si diseña la tecnología internamente o si se asocia con otra empresa, como Uber. De momento, mantiene ambas opciones sobre la mesa, y no tiene fecha para decidir qué camino tomar.
Los ejecutivos también deben atravesar una jungla de trámites burocráticos en su propio país y en el extranjero antes de que sea legal poner en manos del público sus carros autónomos. Basta recordar que Audi no consiguió el permiso para implementar un sistema de nivel tres en la carretera. Finalmente, la última pieza que falta en este rompecabezas es lograr que el público adopte los vehículos no conducidos como una alternativa válida de transporte. El obstáculo final podría ser el más difícil de eliminar.
“Creemos que algunas personas confiarán inmediatamente en los vehículos guiados por inteligencia artificial y desconectarán todos sus sentidos, pero asumimos que otras tantas tendrán mucha más dificultad para hacerlo. Lo que es seguro es que, cuando esta tecnología llegue a la calle, habrá muchos que no estarán preparados”, concluyó Green.