Atlantic, Bora, Clasico, Fox, Sagitar, Vento y Voyage son solo algunas de las denominaciones bajo las cuales Volkswagen ha comercializado su sedán Jetta en el transcurso de los últimos 40 años.
Con una recién estrenada séptima generación, la versión con portamaletas (o tercer volumen, para los más ortodoxos) del no menos popular Golf es una verdadera institución para la marca alemana, con cerca de 18 millones de unidades vendidas en todo el mundo.
Estados Unidos no es ajeno a la fiebre por el Jetta, pues se trata de un mercado donde ha vendido más de tres millones de ejemplares y es uno de los 50 modelos predilectos de los consumidores al primer semestre de 2019.
Con casi 49,000 nuevas unidades puestas en la calle entre enero y junio, el sedán compacto es, además, el segundo favorito del fabricante en Estados Unidos, tras la pequeña SUV Tiguan (57,331) y por delante de la familiar Atlas (37,726).
La edición actual fue diseñada desde cero sobre la plataforma MQB, la misma que comparte una treintena de variantes del grupo Volkswagen. Disponible desde $18,475 dólares, es el más producto más asequible de la compañía y ostenta una no despreciable garantía transferible de seis años o 72,000 millas (casi 116,000 kilómetros).
La gama equipa un motor turboalimentado de 1.4 litro repartido en cuatro cilindros en línea, que entrega una potencia máxima de 147 hp y un torque de 184 lb-ft (250 Nm). Su transmisión puede ser manual de seis relaciones o automática de ocho.
Con esta última opción de caja, el Jetta ofrece un rendimiento de 40 millas por galón (17 kilómetros por litro) en la carretera y de 30 mpg (poco menos de 13 kml) en la ciudad, de acuerdo con las estimaciones de la EPA.
De sus cinco versiones, la R-Line que revisamos a fondo en este capítulo de MotorTech representa la intermedia y más deportiva, que cuenta con el sistema diferencial cruzado “XDS”, que brinda giros más precisos al aplicar presión de freno al interior de la rueda delantera en las curvas.
Además, exhibe llantas de 17 pulgadas Trenton y neumáticos de perfil bajo, parrilla delantera y espejos retrovisores en negro, así como tapiz interior en dos tonos y doble salida de escape.