Si bien a menudo se habla de la impresión 3D como una herramienta significativa para la industria automotriz, hasta ahora no ha tenido un gran impacto. Sin embargo, las cosas podrían cambiar gracias a un gran avance alcanzado por Volkswagen y Hewlett-Packard.
Con la impresión 3D de metal, la tecnología puede responder a la demanda de producción de los fabricantes de gran volumen, tal como el grupo alemán, que reúne a marcas como Audi, Porsche, SEAT y Skoda.
Con sus impresoras 3D Metal Jet, HP ha podido fabricar piezas en un período de tiempo razonable, aunque no precisamente destinados a vehículos de serie. Para celebrar el estreno del Volkswagen ID.3, el primer eléctrico de VW, la firma imprimió 10,000 unidades a escala, que fueron entregadas a los invitados a la ceremonia en Zwickau, Alemania.
Por irrelevante que parezca, la iniciativa representa la primera de tres fases del plan de impresión 3D de Volkswagen, según HP, dado que el fabricante planea utilizar la impresión 3D para las partes estructurales de sus vehículos de próxima generación.
Las dos compañías esperan aumentar el número de piezas producidas y pasar de fabricar partes cosméticas a componentes más vitales. El objetivo final es producir de 50,000 a 100,000 piezas al año, según HP.
Inicialmente, el catálogo incluirá elementos como perillas de cambio de marchas y montajes de espejo, pero HP afirma que eventualmente podrá producir «piezas metálicas totalmente certificadas en su estándar de seguridad».
Los defensores de la impresión 3D han celebrado la cantidad de potenciales aplicaciones, pero los usos en el sector automotor han sido bastante tímidos hasta ahora. Ford usó algunas piezas impresas en 3D para los frenos de su exclusivo Mustang Shelby GT500, y el Aston Martin DBS GT Zagato de edición limitada tiene algunas piezas interiores con molduras impresas en metal.
Tanto Ford como Aston han ocupado la impresión 3D como una forma de ofrecer a los clientes más formas de personalizar sus automóviles, ya que la tecnología permite que las piezas de bajo volumen de producción tengan valores más asequibles.
El Volkswagen ID.3 es un pequeño hatchback del tamaño del actual Golf. Si bien su llegada a Estados Unidos está en duda, sí se ha confirmado el aterrizaje de un crossover basado en la misma plataforma MEB y un puñado de otros eléctricos.