Estamos iniciando una nueva década y ya sabemos que dentro de 10 años haremos resúmenes con todo aquello que llegó al mundo entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2029. A todos quienes hemos estado en la presentación de Sony en CES de Las Vegas, nos ha quedado la pregunta rondando en nuestras cabezas: en ese resumen de finales del 2029 ¿estaremos hablando del primer vehículo eléctrico semiautónomo (o vehículo «a secas») de Sony? Queremos creer que sí.
Todos nos sorprendimos –esperábamos ver televisores, algo de PlayStation y poco más– cuando en determinado momento se abrió un panel y Kenichiro Yoshida presentó el prototipo Vision S, un carro que muchos confundieron con un Tesla Model S, pero que acabó siendo una creación completa de la firma nipona.
Vale: ahora volvamos a la realidad. Todos sabemos que los prototipos y los coches con nombre (o apellido) «Vision» son flores de cuatro días. Todos los fabricantes suelen sacar uno o más al año, y hasta extraña que cualquier tecnológica medianamente grande no ponga un vehículo con su nombre en algún evento.
En este caso, el conceptual eléctrico de Sony está destinado a ser algo así como un escaparate, un mostrador para que el fabricante japonés pueda exhibir sus fortalezas tecnológicas, desde productos de entretenimiento hasta sensores de cámara y más.
No por nada, el Vision-S tiene 33 sensores diferentes dentro y fuera del automóvil, múltiples pantallas panorámicas, audio 360 y conectividad siempre activa, con algunas piezas provenientes de otras tecnológicas, como BlackBerry y Bosch. También funciona con una plataforma EV de nuevo diseño.
«Este prototipo simboliza nuestra contribución al futuro de la movilidad», dijo Yoshida antes de cerrar la presentación más corta que recordemos de Sony.
Ojalá la recordemos con pelos y señales en 2029.