El Scat Pack Widebody demuestra que un monstruoso coupé puede exhibir su valor real cuando se le dan las herramientas adecuadas para hacerlo.
Ventajas
- Buen precio en Scat Pack
- Buen manejo para ser un coupé largo
- Ruido del motor es genial
Desventajas
- El paquete Widebody hace el auto más grande
- Las opciones extra lo encarecen mucho
Cuando Dodge anunció su gama Challenger 2019, el SRT Hellcat Redeye llamó la atención, dada la emoción que generó el matrimonio del Hellcat con el sistema de propulsión SRT Demon. Aunque somos incondicionales de los musculosos americanos, sobre todo si ostentan 800 caballos de fuerza (hp), temimos que la introducción de otro paquete pudiera pasar inadvertido entre tantos vítores.
El debut del R/T Scat Pack Widebody no solo dotó al «chico malo» de un aspecto todavía más agresivo, sino que lo hizo más accesible que el Hellcat Widebody, dado que abarata su costo en un 40 por ciento con respecto a la lista de precios del año pasado. Como si eso fuera poco, también trae la mayoría de los componentes desarrollados para un óptimo comportamiento en un circuito de carreras.
Coincidamos en que el Challenger T/A 2017 fue, hasta cierto punto, diseñado para realizar ese trabajo. Fue elaborado a modo de homenaje a las unidades homologadas originales de la categoría Trans Am de la década de los 70. De hecho, su linaje está basado exactamente en esas máquinas devoradoras de curvas nacidas a mediados del siglo pasado. Pero, si bien estaba bien enfocada, la versión T/A carecía del sustrato necesario para elevar sustancialmente la dinámica destreza del Challenger. Y el Scat Pack Widebody apareció para solucionar todos esos problemas.
La variedad Scat Pack Widebody compensa la carencia del estilo retro del T/A con su diseño, casi indistinguible del Hellcat Widebody, cuya edición 2018 apareció visualmente reforzada con las 3.5 pulgadas (8.9 centímetros) de ancho adicional. Otra de sus novedades es la completa reorganización de los sistemas de suspensión y dirección, todo lo cual le imprime mayor agarre y potencia a la conducción. Aunque la subsidiaria de Fiat Chrysler no lo reconozca abiertamente, el resultado es el Challenger de producción mejor preparado para la pista que hayamos visto.
Según explicó el gerente de Desarrollo de Vehículos SRT para Challenger y Charger, Jim Wilder, “aunque este es un automóvil pensado para desempeñarse en circuitos, su verdadero valor lo demuestra en la calle. Aunque el Widebody es dos segundos más rápido por vuelta en una pista de dos millas (3.2 km), el Scat Pack podría correr en iguales condiciones con un Hellcat estándar”. ¿Cómo es eso posible, con una diferencia de 232 hp? Descubrámoslo más adelante.
La cabina de la variedad Scat Pack no es excesivamente lujosa pero ideal para trayectos largos.
Por grosor, el Challenger sigue uno o dos pasos detrás del Ford Mustang GT Performance Pack 2 y el Chevrolet Camaro SS 1LE. En cualquier caso, Dodge le ha dado prioridad a lo visual, la destreza en las curvas y la usabilidad general. Todos esos atributos ubican a este carro en la órbita de otro tipo de comprador: del propietario de un Charger que pensaba subirse a un Ford Mustang o un Chevrolet Camaro. ¿Acaso eres tú uno de ellos?
Con un precio desde $38,995 dólares, el paquete Widebody para el Dodge Challenger R/T Scat Pack 2019 “apenas” requiere de $6,000 dólares adicionales para dotarlo de frenos Brembo de seis pistones en el tren delantero, una suspensión adaptable de tres modos, llantas y neumáticos anchos y una carrocería más abultada. Y si lo deseas con todos los opcionales, eso sí, podrías terminar pagando $55,569 dólares.
Interior y tecnología
Aunque el interior es en gran medida el mismo del año pasado, resaltan algunos nuevos toques, como el acabado oscuro en el panel de instrumentos y la consola, así como detalles de titanio líquido en la palanca de cambios y el volante. Como en años anteriores, el logotipo de Scat Pack Bee está bordado en los asientos delanteros, un toque exclusivo que diferencia la cabina del resto de la línea Challenger.
Los modelos 2019 Scat Pack también equipan una serie de características que anteriormente estaban reservadas para los modelos SRT, como control de lanzamiento, Line-Lock (que bloquea las ruedas delanteras para hacer tú ya sabes qué) y SRT Performance Pages, que te entregan datos de telemetría en tiempo real, como fuerza G lateral, tiempo de reacción y distancia de frenado, entre otras estadísticas que alucinan a los fanáticos del rendimiento.
Al igual que el resto de la línea Challenger pos-2015, la cabina de la variedad Scat Pack no es excesivamente lujosa pero ideal para trayectos largos. Sus asientos son tremendamente equilibrados, al ser muy confortables y mantenerte en tu sitio durante maniobras a alta velocidad. Si bien están lejos de las prestaciones de las butacas Recaro del Ford Mustang GT, exhiben funcionalidades de las que carecen los aposentos deportivos, como ajuste eléctrico, ventilación y soporte lumbar.
El infoentretenimiento a bordo de este musculoso está a cargo del siempre correcto Uconnect del grupo FCA. El hardware recibió una mejora sustancial en 2017, pero en el tiempo transcurrido hasta acá los cambios se han basado principalmente en el software. El sistema ofrece un conjunto bastante generoso de opciones y se despliega ágilmente por la pantalla táctil de 8.4 pulgadas, aunque nos encantaría que lo hiciera en el mismo monitor de 12 pulgadas que equipa la Ram 1500 2019. Ya saben en Dodge: inclúyanla pronto como opcional en sus Challenger.
Experiencia conductiva
El R/T Scat Pack y la configuración Widebody crean una interesante mixtura. Debajo del capó, tiene un motor aspirado Hemi V8 de 6.4 litros, que ofrece 485 hp y 475 libras-pie (lb-ft) (644 Nm) de torque. Los neumáticos Pirelli P Zero de 305 mm, que vienen entre los atractivos del paquete, te permiten pasar de cero a 60 millas por hora (mph) (97 kilómetros por hora, kph) en aproximadamente cuatro segundos si el vehículo monta la transmisión automática de ocho velocidades. Asumimos que la mecánica de seis marchas lo haría levemente más lento.
Sin embargo, el paquete Widebody no es solo guardabarros imponente y más ancho en el juego de llantas y las gomas. Los modelos Scat Pack están provistos de un sistema de suspensión regulable de tres modos que usa espirales frontales más rígidos, amortiguadores reajustados y barras estabilizadoras más robustas en ambos ejes.
No es en ningún caso un auto ligero, pero sigue siendo casi 200 libras (90.7 kg) más liviano que el SRT Hellcat Redeye.
Los ingenieros del fabricante de Michigan nos han explicado que la suspensión está calibrada para hacer que el Scat Pack Widebody se sienta más maniobrable y fácil de llevar al límite, es decir, que requiere menos esfuerzo para mantenerlo lejos del muro de contención. El paquete también trae frenos delanteros Brembo de seis pistones que, asociados a las cubiertas Pirelli, han disminuido de 111 a 108 pies (33.8 a 32.9 metros) la distancia para detener completamente el carro cuando de desplaza a 60 mph (97 kmh). El agarre lateral, por su parte, saltó de .93g a .97g, una cifra de la que hace apenas una década solo podía presumir un superdeportivo.
Ya en la calle, la rigidez de la parte frontal se hace evidente sobre los baches, sobre todo cuando se transita a baja velocidad, pero está lejos de ser objetable. Fijada en el modo “Street”, la suspensión se comporta bastante bien en la ciudad, no obstante comunica más de lo que queremos saber que otros Challengers equipados con este sistema ajustable.
En contraste, la suspensión se lució en el circuito que el Club Motorsports tiene en Tamworth, New Hampshire. Luego de 15 giros a su trazado de 2.5 millas (cuatro km) con múltiples cambios de elevación, sus atributos engrandecieron las fortalezas del Challenger por sobre sus debilidades.
El peso de la versión Scat Pack Widebody supera las 4,300 libras (1,950 kg) cuando se halla equipada con la transmisión automática y todos sus asientos, aunque eliminando la segunda fila de aposentos se ahorran 49 libras (22.2 kg). No es en ningún caso un auto ligero, pero sigue siendo casi 200 libras (90.7 kg) más liviano que el SRT Hellcat Redeye.
Aunque su capacidad de frenado no puede compararse con la de su hermano SRT Demon, el Scat Pack puede doblar con más urgencia y ser más indulgente cuando se le lleva al límite. Al Hellcat, debes acelerarlo para mantenerlo hacia donde quieres, mientras que el Scat Pack Widebody se deja conducir, es más preciso y requiere menos esfuerzo para corregir el rumbo a altas velocidades.
Garantía
Dodge ofrece una garantía general de tres años o 36,000 millas (58 mil km) y de cinco años o 60,000 millas (96 mil km) para el tren de potencia. JD Power le ha otorgado a la marca tres de cinco estrellas por su confiabilidad y calidad general.
Nuestro carro ideal
El valor del Challenger R/T Scat Pack sube rápidamente a medida que comienzas a agregarle opcionales, aunque también hay espacio para recortar un poco de grasa.
Por $6,000 dólares, el paquete Widebody potencia tremendamente el resultado final del Scat Pack, pero no es esencial. Optando por la transmisión manual, tendrás $1,595 dólares de regreso en tu bolsillo que podrás gastar en el sistema de audio premium Harmon Kardon de 18 bocinas. El sistema de infoentretenimiento Uconnect también vale la pena ($795 dólares), al igual que los neumáticos Pirelli P Zero ($595 dólares).
Hay otras muchas opciones, pero piensa bien antes de pagar por ellos. ¿Necesitas una columna de dirección ajustable eléctricamente, monitoreo de punto ciego y control de crucero adaptativo? Dicho esto, deberías poder configurar un Scat Pack Widebody bien equipado por menos de $50 mil dólares.
Evaluación final
Si eres de los que admiran el estilo retro del Challenger y el rugido de su motor Hemi, pero han ansiado un instrumento más afinado, no busques más. Si bien su esencia es más GT que deportiva, el Scat Pack Widebody demuestra que un monstruoso coupé puede exhibir su real valor cuando se le proporcionan las herramientas adecuadas para hacerlo. Y, quizá lo más importante, esta versión tremendamente competitiva en la pista es casi tan satisfactoria para el uso diario.