La tecnología de los super autos del futuro maravillarán, pero nunca con el mismo efecto del ZR1.
Lo bueno
- Maravillosa potencia y ruido
- Buen agarre a altas velocidades
- Buena calidad con respecto a los límites de rendimiento
- Caja manual es entretenida
Lo malo
- No hay opción de elevación frontal
- Calidad interior deja mucho que desear
Puntaje
7/10
En días en que priman la tracción total, los propulsores cada vez más pequeños, los diseños con motor central y las transmisiones automáticas de doble embrague, ¿qué demonios hace un sitio de tecnología como este prestando atención a un vehículo aparentemente tan poco sofisticado como el Corvette ZR1 2019 de Chevrolet?
La respuesta es el contexto. Antes de que los coches de rendimiento se vuelvan uniformes en su composición genética y que cada comparación se base en cifras más que en filosofía, queremos experimentar lo mejor de una raza moribunda. Este carro recopila los principios más refinados de la clásica escuela de pensamiento para ir más rápido: la aerodinámica derivada de las carreras, los neumáticos ultrapegajosos, los frenos a toda prueba y una potencia demencial, para regalarnos un viaje al siglo pasado.
Equipado con el paquete opcional de pista ZTK y el ajuste 3ZR, la unidad de prueba inclinaba la báscula en los $140,000 dólares, lo que suena excesivo para un Chevy. Pero comparado al Porsche 911 GT2 RS ($294,250 dólares), el Audi R8 V10 Plus ($194,400 dólares) o el Ford GT ($478,750 dólares), representa una gran oferta y un convincente argumento para los fanáticos de la vieja escuela.
El Corvette ZR1 no es un auto bonito para perderse en sus curvas o pliegues. Más bien, asusta a los espectadores. Las tomas de aire, sus abultados conductos y la aerodinámica no intentan enmascarar su extraordinario poder. Y, cuando se sumerge en un tono sutil como el gris magnético, se transforma en una especie de pesadilla en un callejón oscuro.
Pero este terror no es el que deseamos escapar. Estamos llamados al peligro, incluso encontrando belleza en la forma brutal del ZR1. Las ruedas de estrella ahuecadas en acabado satinado negro son tan elegantes como severas; las pinzas de freno azules brillantes parpadean dentro de sus carcasas oscuras y complementan las insignias ZR1 en el capó y el parachoques trasero.
Estamos llamados al peligro, incluso encontrando belleza en la forma brutal del ZR1
Luego está el enorme alerón trasero, un elemento del paquete ZTK, que también cuenta con aletas para el divisor delantero y los neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2. A pesar de la justificable reticencia, el ala ajustable del ZR1 simplemente funciona.
Con la excepción de algunos toques de fibra de carbono, capas de Alcantara, distintivos ZR1 y costuras de contraste, poco separa el ZR1 de un Corvette estándar de $70,000 dólares. Comparado con el R8, el 911 GT2 RS y el GT, el último Corvette está claramente diseñado para presupuestos exiguos, con materiales y acabados aceptables. Como prueba de ello, no viene de serie con asientos deportivos, sino que ofrece unos opcionales de competición por $1,995 dólares.
Al igual que el modelo base, el ZR1 incluye una gran cantidad de tecnología interior y características de seguridad y confort. Un sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 8.0 pulgadas, un grupo de instrumentos de 8.0 pulgadas, una pantalla a color, Apple CarPlay, un punto de acceso Wi-Fi, una cámara de visión trasera (ahora obligatoria), entrada y encendido sin llave, y sistema de nueve bocinas Bose son parte del equipamiento estándar. Entre los adicionales, se hallan cámaras frontales, asientos con calefacción y ventilación, un sistema de sonido Bose con 10 bocinas, navegación y el registro de datos de rendimiento de Chevy.
El entretenimiento de MyLink de Chevy es fácil de navegar, pero es más lento y menos impactante visualmente que el de los rivales. Los controles físicos en la columna central y el volante proporcionan una solución suficiente para muchas de las configuraciones. Quienes esperaban diales de estilo de carrera o geniales gráficos del grupo de instrumentos se decepcionarán. Al menos, la pantalla de visualización frontal cuenta con un tacómetro horizontal y luces de sincronización de cambios.
Puede identificar el tráfico cruzado trasero en estacionamientos, pero es imposible mirar detalles con precisión.
Las asistencias al conductor están limitadas a un sistema de cámara de múltiples ángulos y la unidad frontal antes mencionada. Si bien se agradece la vista, su resolución es modesta. Puede identificar el tráfico cruzado trasero en estacionamientos, pero es imposible mirar detalles con precisión.
Una cabina lujosa y una tecnología de vanguardia serían bienvenidos, pero no son la razón por la cual Chevy construyó el ZR1. Más bien, la etiqueta con seis cifras del se justifica porque su desempeño es de otro mundo.
Algunos números: 755 caballos de fuerza, 715 libras-pie (969 Nm) de torque, velocidad máxima de 212 mph (341 kph), de cero a 60 mph (97 kph) en tres segundos, 950 libras (431 kilos) de carga aerodinámica y neumáticos traseros de 355 mm de ancho. Además, el ZR1 cuenta con caja manual, techo removible y apenas dos ruedas motrices.
El corazón recargado de cafeína del superdeportivo es una progresión del tren motriz LT4 del Z06. Un supercargador significativamente más grande (con 14 bar de refuerzo frente a los 9.4 del Z06), inyección de combustible dual y ajustes internos dan a luz al LT5 V8 del ZR1.
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El torque máximo está disponible a partir de 2,200 rpm, lo que se traduce en zumbidos y llamaradas a través de tres marchas consecutivas con el control de tracción desactivado. El resultado es una nota de escape salvaje que se indigna al acercarse a la línea roja de las 6,500 rpm.
La transmisión manual de siete velocidades o la automática de ocho velocidades envía energía a través de un diferencial electrónico de deslizamiento limitado a los neumáticos traseros. Hemos probado la segunda opción de GM en otros vehículos de alto rendimiento y podemos confirmar su competencia, aunque la estándar mecánica parece adecuada para la raza del ZR1.
Operar la caja de cambios cortos es un trabajo agradable, asistido por un embrague indulgente. Llevar la palanca a la primera marcha requiere un poco de esfuerzo, pero la lucha se ajusta a la actitud brusca del auto.
La suspensión Magnetic Ride de GM continúa siendo el estándar de oro de las configuraciones de amortiguación adaptativa, ofreciendo una experiencia ideal de manejo. Incluso con los resortes y amortiguadores más rígidos del ZTK, el ZR1 sigue cumpliendo. Tres modos de conducción alteran considerablemente su carácter. El modo Tour cierra los deflectores de escape y atenúa la respuesta del acelerador. Las modalidades Sport y Track abandonan el sigilo, agudizando progresivamente los sentidos del carro.
Operar la caja de cambios cortos es un trabajo agradable, asistido por un embrague indulgente.
El control de tracción se desactiva con solo presionar un botón, al igual que el control de estabilidad. Sin ayudas electrónicas, queda a poco de rasgarse la camisa. Sus neumáticos Pilot Sport Cup 2 de gran agarre y su funcional aerodinámica hacen un trabajo admirable controlando a la bestia.
Aunque las llantas lleguen a una temperatura ideal, para que la aerodinámica se despliegue en todo su esplendor necesita ritmo (por ejemplo, en una pista de carreras). Fuera de este escenario, lo mejor es dejar las asistencias encendidas, porque no estropean la diversión.
Si la idea es usarlo a diario, el ZR1 tiene solo una falla importante. Si bien no es el automóvil más bajo del mundo, el espacio para el divisor delantero es mínimo, lo que requiere acrobacias para evitar raspar incluso caminos de poco acceso y modestos baches. La solución obvia para esto sería un elevador hidráulico opcional, aunque quizá sea posible que el peso adicional de dicho sistema pueda comprometer su rendimiento.
Al igual que Porsche con el 911, Chevrolet ha refinado su Corvette durante varias décadas para convertirlo en un instrumento de precisión. Incluso con 755 CV, el ZR1 es equilibrado, maniobrable y capaz de aterrorizar a los superautos más sofisticados. Un interior decepcionante pone un freno a la experiencia de conductor diario, pero su desempeño y su precio relativamente asequible constituyen una mixtura irrenunciable.