Hace una década, cuando los automóviles eléctricos comenzaron a llegar masivamente por primera vez a las salas de exhibición, una de las preguntas más recurrentes sobre ellos fue la duración de la batería. Hoy, Nissan cree poder acallar todos los temores.
Después de analizar los datos arrojados por su modelo Leaf, el fabricante cree que las baterías durarán entre 10 y 12 años. Así lo expresó el jefe de Servicios de Energía de la alianza Renault-Nissan, Francisco Carranza, en el reciente Congreso Mundial de Automotive News Europa.
El fabricante japonés ha supervisado todo, desde patrones de carga hasta la degradación de la batería, en más de 400,000 unidades del Leaf vendidas en Europa desde 2011, detalló el ejecutivo. A modo de contexto, es bueno recordar que la primera entrega en Estados Unidos se materializó en diciembre de 2010.
Carranza añadió que la vida útil promedio de un automóvil es de 10 años, pero estimó que la vida útil promedio de la batería que lleva a bordo es de 22 años. Las baterías tienden a perder buena parte de su capacidad a medida que envejecen, pero les lleva mucho tiempo perder tanta para volverse completamente inútiles.
La longevidad de la batería es una buena noticia para los compradores del Leaf, pero ¿qué sucede con todas esas baterías que aún se pueden usar? Ahí es donde entran en juego los llamados usos de «segunda vida».
Las baterías se pueden extraer de los automóviles eléctricos y utilizarlas como fuentes de energía estacionarias. En 2018, Nissan usó 148 baterías del Leaf (tanto nuevas como usadas) para iluminar el estadio de fútbol de Ámsterdam e incluso las usó para alimentar una casa rodante.
Una ventaja de usar baterías estacionarias como fuente de energía es que pueden aumentar el uso de energía renovable, dado que las turbinas eólicas o los paneles solares, por dar solo un par de ejemplos, pueden generar más energía de la que se necesita en un momento dado.
Las baterías pueden almacenar energía para su uso posterior, lo que permite que los edificios funcionen con energía renovable incluso cuando el sol no brilla o el viento no sopla. Actualmente, Nissan vende paneles solares y paquetes de baterías fijas para uso doméstico en Europa. En Estados Unidos, Tesla hace lo propio.
Nissan también está probando fórmulas para que sus autos eléctricos «equilibren la red» al absorber el exceso de electricidad durante períodos de baja demanda y descargarla durante períodos de alta demanda, todo lo cual le da un relajo a la infraestructura de la red.
Un programa piloto en Dinamarca que se ejecuta en alianza con la compañía energética italiana Enel podría ganar a los propietarios de autos eléctricos hasta 1,300 euros ($1,454 dólares) por ofrecer sus autos como baterías de almacenamiento, según Nissan.
El fabricante de automóviles afirma que el Leaf ya está certificado como una «planta de energía» en Dinamarca, así como en Alemania y el Reino Unido. Se han probado proyectos similares en Estados Unidos, pero es probable que la implementación requiera volver a redactar las regulaciones.
Además de aportar dinero a los propietarios, los nuevos usos de las baterías de automóviles eléctricos pueden generar efectivo para los fabricantes de automóviles y los concesionarios. Los eléctricos requieren menos mantenimiento que los vehículos de combustión interna, lo que significa que hay menos oportunidades para que los concesionarios ganen dinero prestando servicios. Carranza dijo que las nuevas formas de ingresos por baterías podrían ayudar a compensarlo.
Nissan no es la única casa automotriz que analiza los posibles usos de las baterías fuera de los automóviles eléctricos. Renault, el socio de Nissan, las está usando para apoyar las islas portuguesas de Madeira y Porto Santo, mientras que General Motors y Toyota han experimentado con el uso de baterías de segunda vida. Hyundai espera tener tantas baterías sobrantes de sus autos eléctricos, que también está en la búsqueda de usos alternativos para evitar el desperdicio.