Las últimas dos semanas, el COVID-19 volvió a surgir como tema luego de que en Europa y en Estados Unidos apareciera una variante mutada de Omicron, llamada BQ.1 y el BQ.1.1 , también apodada «Perro del infierno» y que hasta ahora se sabe tiene una mayor capacidad para escapar a la respuesta inmune del ser humano. Aunque, eso sí, por el momento no han encontrado datos que demuestren una mayor incidencia o gravedad en los casos detectados.
El nombre “Perro del infierno” o “Sabueso del infierno” (Hellhound en inglés) se popularizó entre los usuarios de redes sociales y se refiere al perro del dios Hades, dios de los muertos y del inframundo, llamado “Cancerbero” o “Cerbero”. Este perro de la mitología griega era el feroz guardián de las puertas del infierno, y vigilaba que los muertos no escaparan y, al mismo tiempo, que los vivos no pudieran ingresar al inframundo.
Según las estimaciones del ECDC más del 50% de las infecciones por COVID serán por BQ.1 y BQ.1.1 a principios/mediados de diciembre. A principios de 2023, podrían representar más del 80% de los casos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que “hasta el momento no hay evidencia epidemiológica de que estos sublinajes tengan un riesgo sustancialmente mayor en comparación con otros sublinajes de Ómicron”, sin embargo, recomendó que se sigan monitoreando y estudiando esas variantes.
“Aunque no hay datos sobre la gravedad o el escape inmunológico de los estudios en humanos, BQ.1 está mostrando una ventaja de crecimiento significativa sobre otros sublinajes de ómicron circulantes en muchos entornos, incluyendo Europa y Estados Unidos, y por lo tanto justifica una estrecha vigilancia”, explicó la OMS en su informe de octubre de 2022.
Síntomas más frecuentes de Perro del Infierno
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los síntomas de las subvariantes de Ómicron, BQ.1 y BQ.1.1, al igual que los de otras variantes, son los siguientes:
– Fiebre o escalofríos
– Tos, falta de aire o dificultad para respirar
– Fatiga y/o dolores musculares o corporales.
– Dolor de cabeza.
– Nueva pérdida del gusto o del olfato
– Congestión o secreción nasal
– Dolor de garganta
– Náuseas, vómitos, o diarrea