Esta semana en MotorTech nos subimos a un vehículo convertible, específicamente, al deportivo Chevrolet Corvette Stingray.
En esta ocasión, la prueba la realizó el editor en jefe de Digital Trends, Juan García, junto a Rita Luna.
El Corvette Stingray destaca por su diseño que hereda los mejores trazos de la historia deportiva de este modelo de General Motors.
Se trata de un automóvil pensado para el disfrute de sus dos únicos ocupantes y, sobre todo, del conductor.
En su interior cuenta con volante deportivo con la parte superior e inferior planas. Este incluye grandes palancas de cambio (levas), controles de audio y un botón Z-Mode, entre otros.
Como buen automóvil deportivo posee un motor dispuesto en la zona central trasera de la carrocería. Esta ubicación brinda una desviación de peso trasero, lo que significa que se dirige más potencia a las ruedas traseras cuando se necesita.
Hablamos de un propulsor V8 de 6.2 litros y 480 caballos de fuerza. Por lo tanto, ni el diseño ni el rugido del motor del Corvette Stingray pasan inadvertidos en la calle. “La verdad es que es un placer manejarlo y el sonido es lo mejor”, confiesa Juan García.
“Definitivamente es un auto que no pasa desapercibido, por su hermoso diseño. En cuanto tú entras a este carro lo primero que piensas es en velocidad. Invertiría en un auto así, pero sin pensar en largos viajes. Es un auto para disfrutarlo”, señala Rita Luna.
Uno de los elementos más importantes del Chevrolet Corvette Stingray es la capota rígida retráctil de producción que sólo suma 77 libras al peso del vehículo y que se oculta perfectamente dentro de la carrocería. La capota cuenta con dos piezas, y es del color del vehículo. Se puede activar a velocidades de hasta 30 mph.
El auto cuenta con dos maleteros, uno pequeño en la parte delantera, que podría servir para guardar las bolsas de las compras y otro en la parte trasera pensada para transportar una bolsa de golf.
El precio del Chevrolet Corvette Stingray se inicia en $65,000 dólares, pero la unidad probada alcanza un valor cercano a los $85,000 dólares.
“Si lo comparamos con algunos Ferrari, Lamborghini y Porsche inclusive, es un auto que está a la altura y por mucho menos de $100,000 dólares”, destaca Juan García.