En algunos países han tildado a las mascarillas faciales como insuficientes para controlar el coronavirus, mientras en otros lados creen que son esenciales a la hora de comenzar con las medidas de desconfinamiento.
Por eso la ciencia ha hecho diversos experimentos para saber cuál es la mejor mascarilla de todas y la que más protege. Pero ahora, crearon un dispositivo que utilizando Inteligencia Artificial está tratando de dilucidar la situación.
El sistema está compuesto por una caja negra, un láser y una cámara de teléfono celular.
Cómo funciona esta máquina que mide con Inteligencia Artificial la utilidad de las mascarillas:
Primero mide las gotas que se producen cuando alguien habla a través de la máscara. El usuario coloca la boca en un agujero en la parte delantera de la caja y repite la frase «Manténgase saludable, gente».
Mientras hablan, las gotas en el aire golpean un rayo láser que atraviesa la caja. Luego, la cámara registra las partículas de agua que emiten. Finalmente, un algoritmo de detección de características calcula el número de gotas que producen midiendo la cantidad de luz dispersada por las partículas.
Una vez hecha la prueba en estas 14 mascarillas, o improvisaciones de ellas, el resultado general es este:
Las máscaras N95 ajustadas proporcionaron la mayor protección, seguidas de las máscaras quirúrgicas de tres capas y cubiertas de algodón. Las máscaras N95 con válvula, sin embargo, solo beneficiaron al usuario que la tiene puesta, no a las personas que están alrededor.
Por otro lado, lo más peligroso son los pañuelos de cuello que se improvisan como mascarillas:
«Teniendo en cuenta que las partículas más pequeñas están en el aire durante más tiempo que las gotas grandes (las gotas más grandes se hunden más rápido), el uso de una máscara de este tipo podría ser contraproducente», dijeron los investigadores.