Estar absorto por el celular es semejante a experimentar un trance hipnótico, sugiere un estudio publicado en la revista Frontiers in Psyquiatry.
Los autores de la investigación —un equipo de profesores de la Universidad McGill de Canadá, encabezado por Jay A. Olson— sometieron a 641 estudiantes, con una edad promedio de 21 años, a un experimento de hipnosis.
Demostraron que los jóvenes con puntajes elevados de adicción a los teléfonos inteligentes eran más susceptibles de ser hipnotizados que sus compañeros.
En primer lugar, los estudiantes escucharon una grabación de audio de 45 minutos, diseñada para inducir la hipnosis.
Luego, oyeron 12 sugerencias verbales, tales como: “tu cabeza caerá hacia adelante” o “momentáneamente serás incapaz de abrir los ojos”.
Cuando salieron de la hipnosis, se les pidió que completaran un cuestionario y respondieran cuántas de las indicaciones habían seguido.
Luego contestaron una escala de adicción a teléfonos inteligentes para calcular cuánto interrumpen los celulares en su vida normal. La evaluación incluía frases como: “me siento impaciente y nervioso cuando no sostengo mi celular”.
Los autores del estudio evidenciaron tres características comunes entre el uso problemático de celulares y la hipnosis: absorción, distorsión del tiempo y automaticidad.
Estimaron que los usuarios frecuentes tienden a quedar absortos en las pantallas, pierden la noción del tiempo que pasan en sus teléfonos y sienten una pérdida de control al usarlos, comportamientos que sugieren un estado de trance.
Proponen dos factores que podrían explicar la relación entre la adicción a los celulares y la hipnotización. El primero es la disociación, cuando una persona “se desconecta del sentido de sí mismo o del medio ambiente”.
Investigaciones anteriores descubrieron que existían tendencias disociativas en sujetos que son fácilmente hipnotizados y también en personas que muestran un uso problemático de la tecnología.
Otro elemento que vincula ambos comportamientos es el deseo de socializar. La hipnosis, aseguran los autores, puede relacionarse con la tendencia a responder a patrones sociales. Y el uso de teléfonos con fines sociales se relaciona con un comportamiento adictivo.
De acuerdo con los investigadores, “el 51 por ciento de las mujeres encuestadas y el 39 por ciento de los hombres tendrían un alto riesgo de adicción al teléfono”.
Dado que los desarrolladores de tecnología pueden recaudar más datos e ingresos publicitarios al mantener a los usuarios absortos en sus teléfonos, es probable que la tecnología de los celulares se torne aún más inmersiva.
Los autores sugieren que esto puede aumentar el comportamiento adictivo.
Para disminuir los riesgos, ugieren reducir la importancia del teléfono o hacer que sea más difícil de usar, por ejemplo, manteniendo el celular fuera del alcance o limitando las notificaciones.