La división de rendimiento AMG de Mercedes-Benz cumple 50 años y sus ingenieros crearon un pequeño demonio como regalo de cumpleaños.
Debutando en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 2017, el Mercedes-AMG Project One es un supercar con el corazón de un corredor de la Fórmula Uno. Mientras que muchos fabricantes de automóviles afirman haber construido «autos de carreras para el camino», el Project One literalmente incorpora en éste algunos componentes principales de su modelo de F1.
Esto comienza con el motor V6 de 1.6 litros turbo, el cual viene directamente de los autos de carreras. Se ubica detrás del conductor, y puede alcanzar las 11,000 rpm, cosa que según Mercedes es un nuevo máximo para un auto de carretera. El V6 está asistido por cuatro motores eléctricos: dos que alimentan las ruedas delanteras, uno que ayuda al V6 a conducir las ruedas traseras, y otro que bobina el turbocompresor.
Todas estas fuentes son más que suficientes para tener una producción combinada de más de 1,000 caballos de fuerza. El fabricante de automóviles alemán también promete una velocidad máxima de más de 217 mph.
Pero el Project One no es sólo energía cruda. Al igual que un carro de la Fórmula Uno, recupera la electricidad del frenado o de los gases de escape que fluyen a través de su turbocompresor. También es un híbrido enchufable, por lo que se puede recargar mediante la conexión a una toma de corriente. Si no necesitas los 1,000 caballos de fuerza, el Project One tiene un modo “todo eléctrico” donde el carro se puede conducir usando solamente los motores del eje delantero.
La ingeniería de punta no se detiene allí. Para transferir la energía del motor a gasolina V6 a las ruedas traseras, el Project One emplea lo que Mercedes llama una «transmisión manual automatizada de ocho velocidades». El conductor puede dejarlo en modo automático o cambiar manualmente con paletas montadas en el volante. Tanto la transmisión como el motor son también partes de la carga del chasis, al igual que en un auto de F1. Otros elementos de hardware de alto rendimiento incluyen suspensión pushrod, ruedas de aluminio de bloqueo central con cubiertas aerodinámicas de fibra de carbono y frenos de carbono-cerámica.
Es una lástima que toda esa ingeniería impresionante no pudiera envolverse en una forma más atractiva. Como muchos supercars actuales, el diseño del Project One fue hecho al dictado de la aerodinámica. Con sus formas generales ondulantes y entradas de aire abiertas en su parte delantera, el Project One no parece haber trabajado mucho el equilibrio de forma y función como sí lo han hecho, digamos, un P1 o Ford GT.
En el interior, los dos asientos fuertemente reforzados están estrechamente unidos, por lo que el conductor y el pasajero estarán muy juntos. El resto es bastante estéril, excepto por un par de pantallas de 10.0 pulgadas. En el estilo propio de la Fórmula Uno, el volante trae botones que controlan cosas como modos de conducción y los ajustes de la suspensión.
Con su tren de potencia derivado de la F1, el Project One de Mercedes-AMG podría ayudar a restablecer la conexión entre los autos de carretera y los de carreras. Cuando el Project One entre en producción (los informes indican alrededor de 2020), costará 2.275 millones de euros (alrededor de 2.7 millones de dólares) y sólo se fabricarán 275 ejemplares.