Los scooters eléctricos se han transformado en una conveniente opción para moverse por los centros urbanos. A medida que se tornan más populares, las estadísticas de lesionados también se han disparado.
Así lo estableció la compañía de seguros Voom: los usuarios frecuentes son conscientes del riesgo de lesiones, pero ocho de cada 10 se niegan a usar el casco, pese a que el 40 por ciento del universo sufrió algún accidente o conoce a alguien que lo tuvo.
Aplicado durante el otoño boreal de 2018 en Austin (Texas) y realizado en colaboración con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el estudio fue el primero en cuantificar las lesiones vinculadas a este tipo de vehículos.
El sondeo encontró que hubo 20 lesionados por cada 100,000 viajes en patinete eléctrico. Casi la mitad de los heridos sufrieron heridas en la cabeza y el 15 por ciento experimentó lesiones cerebrales traumáticas.
Según los autores de la investigación, de las 190 personas que fueron hospitalizadas o acudieron a un centro de salud por atención tras una caída o una colisión solo una llevaba puesto el casco al momento de la incidencia.
“Si bien los usuarios millennials reconocer los peligros, continúan admitiendo que conducen imprudentemente y no toman las precauciones necesarias para priorizar su seguridad”, dijo el CEO y cofundador de Voom, Tomer Kashi.
«Existe una gran necesidad de soluciones efectivas, como una mejor legislación, mayor conciencia de la seguridad personal y pública, o bien pólizas de seguro adecuadas que cubran completamente a los pasajeros y su entorno», sentenció.
En el estudio de Voom, el 62 por ciento de los millennials dijeron estar al tanto de la posibilidad de lastimarse o hacerlo con terceros durante los paseos en scooter, mientras que 32 por ciento de ellos se manifestó preocupado por la ausencia de carriles exclusivos.
Estas soluciones alternativas de transporte han alcanzado tal masividad, que la Unión Europea ha clasificado las bicicletas eléctricas como ciclomotores, además de exigir cascos más resistentes de los que se usan en vehículos a pedales.
Por su parte, los fabricantes de cascos están permanentemente lanzado versiones cada vez más sofisticados, que incluyen características como luces inteligentes y cámaras, aunque el objetivo más importante es amortiguar un eventual golpe en la cabeza.