¿Cuál es el aparato de cocina que tiene afiladas navajas que giran a velocidades insólitas: la licuadora o el procesador de alimentos? De hecho, los dos. Pero aunque ambos comparten muchas similitudes, estos electrodomésticos sirven para propósitos muy diferentes. Una licuadora normalmente es para líquidos y se usa para crear cosas como smoothies, mientras que un procesador de alimentos se utiliza para tareas más laboriosas, como mezclar masa o rebanar vegetales. Claro, algunas licuadoras son suficientemente poderosas y pueden con tareas que deberían ser de un procesador de alimentos (y viceversa), pero por ahora enfoquémonos en las diferencias básicas.
Si alguna vez has buscado un procesador de alimentos, probablemente habrás observado en el paquete una larga lista de todas las habilidades del aparato, incluyendo picar, rebanar, rayar, batir y hacer puré. Las licuadoras, aunque con los años se han vuelto más capaces, aún no hacen mucho además de licuar. Claro, una licuadora poderosa podrá triturar hielo, y los modelos de gama alta, como la Vitamix 5200, son capaces de hacer de todo, desde helado hasta mantequilla de nueces, pero una licuadora común no podrá igualar la cantidad de cosas que un procesador puede hacer.
Receta | Licuadora | Procesador de alimentos |
Sopas y purés | Mejor | Puede |
Smoothies | Mejor | No |
Dips | Puede | Mejor |
Mantequillas | No es lo ideal | Mejor |
Vegetales picados | No | Mejor |
Repostería (masa y corteza) | No | Puede |
Quesos rayados | No | Mejor |
Como puedes observar en esta tabla, los resultados son variopintos. Sin embargo, ambos electrodomésticos sobresalen en cosas diferentes.
Las licuadoras, por ejemplo, normalmente son fabricadas con características que las hacen ideales para preparar sopas, purés y smoothies. Mientras que algunas licuadoras tienen vasos fáciles de verter, otras están hechas especialmente para que bebas directamente del mismo cilindro en el que hiciste tu smoothie. Las licuadoras tienden a manejar los líquidos mucho mejor que los procesadores de alimentos.
La NutriBullet Pro, por ejemplo, puede crear un smoothie nutritivo fácilmente. Aunque no la recomendaríamos como el mejor electrodoméstico para preparar todas tus mantequillas y panes, su potencia es suficiente para moler nueces, vegetales y otros ingredientes potenciales de smoothies.
Los procesadores de alimentos, por su parte, son ideales para las tareas más laboriosas, como preparar masa. Los procesadores de alimentos tienen tazones amplios –lo que facilita agregar ingredientes– y suelen venir con diversos aditamentos con los que puedes rebanar zanahorias, rayar queso o mezclar masa.
El procesador de alimentos Hamilton Beach 10-Cup es un buen ejemplo de lo que se debe esperar de este tipo de aparato. Cuenta con un tazón grande para mezclar, botón de pulso, múltiples velocidades y aditamentos con navajas para rebanar, rayar y picar. También incluye un “raspador”, un aditamento que raspa automáticamente la masa y mezcla pegajosa de las paredes del tazón.
Mientras que un procesador de alimentos es una gran herramienta para los panaderos, una licuadora es una gran elección para alguien que busca consumir líquidos (ya sean cocteles o smoothies). Pero, ¿y si quieres las dos cosas? En el pasado, había una división muy clara entre las licuadoras y los procesadores de alimentos, pero ya no. No es raro que una licuadora de gama alta incluya múltiples aditamentos con los que sea capaz de cumplir varias tareas adicionales. El recetario de la Vitamix 5200, por ejemplo, tiene smoothies, mantequillas de nueces, masa para pan, cocteles y mezclas para pastel.
Entonces, ¿cuál de los dos electrodomésticos es el indicado para ti? En pocas palabras, una licuadora es la mejor opción para las preparaciones con mucho líquido, como los smoothies y las sopas, y un procesador de alimentos es insuperable a la hora de lidiar con ingredientes voluminosos como la harina y la mantequilla. Sin embargo, dado que la división entre procesador de alimentos y licuadora se ha, digamos, mezclado, ya puedes encontrar aparatos de gama alta que manejan admirablemente las tareas de ambas cosas.