La mayoría de nosotros seguro que no sabe mucho de las capacidades de un superordenador, pero eso no significa que no haya cierto interés en cómo este tipo de sistemas progresa con el tiempo.
La lista bianual de loss 500 superordenadores más potentes del mundo es una buena manera de rastrear las tendencias, y la última edición del ranking sugiere que China lleva la delantera.
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Top500 es la organización que está detrás de esta lista, que fue lanzada el 20 de junio en la Conferencia Internacional de Supercomputación de 2016. Es la primera vez que China desbanca a los Estados Unidos, con sus 167 superordenadores frente a los 165 estadounidenses. Un equipo chino también logró el primer lugar, destronando a Tianhe-2.
El Tianhe-2 había dominado previamente la clasificación, después de haber conseguido el podio en cada una de las seis listas anteriores que se publicaron, de acuerdo con Tech Spot.
Sin embargo, ahora hay un nuevo campeón. Se trata del Sunway TaihuLight, que se caracteriza por el uso de procesadores diseñados y fabricados en China. Este superordenador es capaz de ofrecer una potencia de proceso de 93 petaflops. Sunway TaihuLight es casi tres veces más potente que el Tianhe-2 y cinco veces más rápido que el tercer clasificado, Titan Cray Xk7, también de EEUU.
Además, el Sunway TaihuLight cuenta con 10 millones de núcleos, dentro de casi 41,000 procesadores. El sistema fue desarrollado por el Centro de Investigación Nacional de China de Ingeniería y Tecnología Informática y está instalado en el Centro Nacional de Supercomputación en Wuxi.
La primera lista Top500 se realizó en 1993 y fue revisada por sus autores unos meses más tarde para ver cuánto habían cambiado las cosas. La tasa de progreso que se observó inspiró el formato bianual que la lista conserva hasta nuestros días.
En los seis meses entre la última clasificación y la actual, el rendimiento combinado de todos los sistemas ha aumentado de 420 a 566 petaflops. China se ha posicionado siempre cerca de EEUU en el ranking desde hace algún tiempo, pero sin duda será interesante ver si la dinámica entre los dos países cambia ahora que sus papeles se han invertido.
Teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que se necesita para desarrollar y construir un sistema de esta escala, los nuevos superordenadores ya hace tiempo que se podrían haber estado en desarrollo.