La compañía de videojuegos Capcom admitió haber sufrido un ciberataque, que ha afectado el acceso a algunos de sus sistemas internos. Aunque descartó que haya datos comprometidos, los atacantes aseguran haber extraído hasta 1TB de datos con información sensible.
Capcom informó que el ataque se registró el 2 de noviembre de 2020, lo que ha impedido acceder al correo electrónico y archivos de la compañía.
El estudio japonés indicó en un comunicado que hasta el momento «no hay indicios» de que se haya vulnerado la información de sus clientes, según Portaltic.
«Este incidente no ha afectado a las conexiones para jugar a los juegos online de la compañía o el acceso a sus diversos sitios web», añadió la firma.
De origen japonés, Capcom cuenta con subsidiarias en Estados Unidos y Europa. Entre sus títulos más populares se encuentran la Street Fighter, que alcanzó popularidad en la década de los ’80 y los ’90 a través de máquinas arcade, y la serie de acción Devil May Cry, que acumula seis versiones.
Sin embargo, su mayor éxito ha sido Resident Evil, la franquicia más vendida de Capcom con 103 millones de unidades y que ha sido adaptada para películas, cómics, entre otras.
Acceso no autorizado
Según explicó Capcom, el ataque que afecta a sus sistemas internos se debió al acceso no autorizado realizado por un tercero.
La compañía informó que está llevando a cabo una investigación sobre el ciberataque, además de adoptar medidas para restaurar los sistemas.
Agregó que también está en contacto con la policía y otras autoridades locales, con el objetivo de esclarecer el incidente.
«La compañía continuará ofreciendo actualizaciones relevantes a medida que los hechos se aclaren, a través de sus sitios web y otros medios», precisó.
Más de 1TB de datos
Según Bleeping Computer, un grupo que se atribuye la responsabilidad del ataque asegura que descargaron alrededor de 1 TB de datos, a través del ransomware Ragnar Locker.
La información asegura que los datos contienen de todo, desde los registros de visas de los empleados hasta los datos bancarios del cliente y la «información comercial exclusiva».
Los atacantes exigen el pago de $11,000,000 dólares en bitcoins, a cambio de no liberar la información, proveniente de redes corporativas en Japón, Estados Unidos y Canadá.
* Actualizada con información de atacantes