El uso de software espía por parte de los gobiernos se convirtió en un problema global, al punto que la Organización de Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado para solicitarles que dejen de utilizarlos hasta que se implementen una serie de regulaciones que permitan asegurar que este tipo de software no viole los derechos humanos.
En un comunicado oficial, la ONU indicó que un grupo independiente de expertos en derechos humanos ha monitoreado los eventos ocurridos con el software de vigilancia Pegasus, de fabricación israelí. Y a juicio de estos expertos es necesario que los Estados detengan la comercialización de estos productos, ya que este tipo de sistemas se utilizan para “monitorear, intimidar y silenciar a periodistas, oponentes políticos de gobierno y defensores de los derechos humanos”.
La ONU agrega que la única manera de que este tipo de software se pueda utilizar de forma segura es que los países desarrollen e implementen leyes que “aseguren la protección contra la vigilancia ilegal, la invasión de privacidad y amenazas a libertades fundamentales como la libertad de expresión y de reunión”.
Estas declaraciones de las Naciones Unidas se dan en el marco de lo revelado por The Guardian, The Washington Post y Le Monde sobre Pegasus, el software de la empresa NSO que se usó para intervenir teléfonos de diversos actores de interés público de varios gobiernos. En total, se determinó que más de 50,000 teléfonos fueron hackeados y espiados, con acceso a contactos, mensajes y otro datos sensibles.
El hecho fue condenado a tal nivel que la propia NSO suspendió el uso de Pegasus en algunos países, por lo que ellos consideraron que era un uso indebido de la herramienta. A su vez, Amnistía Internacional incluso lanzó una herramienta de uso público para determinar si un dispositivo había sido intervenido con el software.