Un hombre que vivió hace unos 1,000 o 1,400 años en los cañones de Bajo Pecos (Lower Pecos Canyonlands) pudo haber fallecido a causa de un horrible caso de estreñimiento.
Solo la ingesta de saltamontes logró mantenerlo con vida durante meses , según un análisis de sus restos momificados publicado por Live Science.
El estudio determinó que aparentemente la enfermedad de Chagas, provocada por un parásito llamado Trypanosoma cruzi, habría bloqueado el sistema gastrointestinal del hombre.
Esto provocó que su colon se hinchara unas seis veces su tamaño normal, afección conocida como megacolon.
El hombre no pudo digerir los alimentos de manera correcta y gradualmente se desnutrió, lo que le habría impedido caminar y comer con normalidad hasta su muerte.
Dieta basada en saltamontes
Los investigadores estiman que en sus últimos dos o tres meses de vida solo pudo alimentarse con saltamontes, a los que únicamente les habrían quitado las patas.
«Además de tener un alto contenido de proteínas, tenían bastante humedad. Por lo tanto, habría sido más fácil comer en las primeras etapas con el megacolon», explicó Karl Reinhard, profesor de la Escuela de Recursos Naturales de la Universidad de Nebraska-Lincoln.
Los restos fueron encontrados en 1937 en un refugio rocoso cerca de la confluencia de los ríos Pecos y Grande, y almacenados hasta que fueron estudiados por el Instituto de Culturas de Texas, a finales de la década de 1960.
En 2003, los investigadores identificaron en el interior del cuerpo momificado 1.2 kilos de heces y restos de comida que nunca fue procesada. Este hallazgo, sumado al tamaño del colon del hombre, llevó a los investigadores a concluir que estaba severamente estreñido y sufría desnutrición.
En el nuevo estudio descubrieron que la dieta de sus últimos meses de vida principalmente consistió en saltamontes.
El descubrimiento de la dieta basada en saltamontes se publicará en un capítulo del libro The Handbook of Mummy Studies. Esta obra también contará con estudios de otras dos momias que recibieron cuidados especiales al final de sus vidas, como un niño de 5 a 6 años que murió hace unos 500 o 1,000 años en Arizona, y que fue alimentado con los frutos del cactus saguaro.