Quizá un caracol no suene como el medio de transporte más rápido del mundo, pero si eres un tardígrado, esto cambia.
Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, miden de o.05 a 1.2 milímetros de largo y pueden vivir en casi cualquier lugar de la Tierra donde haya agua en estado líquido, como océanos, ríos y lagos, así como en colonias de líquenes y musgos que crecen en rocas y árboles.
De acuerdo con una nueva investigación, estos organismos microscópicos pueden hacer autostop en caracoles para llegar más lejos de lo que podrían desplazarse por sí mismos.
Sin embargo, no todo es un viaje de placer para estas criaturas. Según el hallazgo, si bien los caracoles ayudan a los tardígrados a trasladarse a nuevos lugares, la mucosidad de estos moluscos puede ser fatal para los jinetes una vez que esta se seca sobre sus cuerpos diminutos.
Según el estudio, cuando los tardígrados se quedan en estado tun (hibernación en la que se secan y arrugan para sobrevivir fuera del agua) y se embadurnan con el moco de caracol, solo 34 por ciento pudo revivir después de 24 horas. La mucosidad del caracol es principalmente agua, pero se seca rápidamente, por lo que los osos de agua se secaban y congelaban debajo de esta.
Es curioso que la baba del caracol sea letal para los tardígrados, pues estos pueden sobrevivir a temperaturas extremas y a exposiciones a sustancias peligrosas, lo que los convierte en un organismo modelo para estudiar la supervivencia en condiciones extremas tanto en la Tierra como en el espacio.
La NASA ha enviado miles de estos ejemplares fuera del planeta para valorar cómo la microgravedad afecta a la formación de cálculos renales y a las relaciones simbióticas entre animales.