Una nueva investigación demostró que los tardígrados son buenos caminantes pese a su tamaño diminuto y anatomía blanda.
Estos microscópicos extremófilos fueron llamados “pequeños osos de agua” al ser descubiertos en 1773. Además, son capaces de soportar una gran cantidad de estrés, como temperaturas de congelación, radiación intensa y deshidratación.
Una investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences demuestra que estos organismos cuentan con “un conjunto de herramientas locomotoras excepcionalmente versátil”.
De hecho, hasta hace poco se creía que para desplazarse debían agitarse o deslizarse, pero ahora un video muestra lo eficientes que son caminando.
Uno de los aspectos interesantes de este hallazgo es que, al igual que otras criaturas microscópicas, los tardígrados también son de cuerpo blando, por lo que carecen de esqueleto interno o externo. Es decir, tienen que moverse sin poseer huesos.
A bit of tardigrades pic.twitter.com/WiYVHLVr1N
— Tardigradopedia (@tardigradopedia) August 24, 2021
“Cuando caminamos, tendemos a despegarnos del suelo con las patas traseras para impulsarnos hacia delante y esto es posible porque tenemos huesos rígidos que actúan como una especie de poste sobre el que saltar”, explican los autores. “Pero si ese poste es un fideo, tenemos que utilizar estrategias diferentes”.
Así, el equipo a cargo se propuso grabar a la especie Hypsibius dujardini mientras se desplazaba. Para eso, se midieron sus pasos y se observó cómo ponían sus pies mientras se movían de un lugar a otro.
Según la investigación, los tardígrados “utilizan sus garras como garfios, de modo que se agarran al sustrato y tiran de su cuerpo hacia delante. Esto depende en gran medida del hecho de que el sustrato va a ser rígido y no va a ceder sobre ellos”.
Así, los expertos concluyeron que cambiar la rigidez del sustrato afectaría la manera de caminar de estos pequeños organismos.