No hay descanso para Samsung. Desde que aparecieron las primeras noticias sobre los problemas de los Note 7 de la firma surcoreana, la compañía se ha visto afectada por la retirada de dicho modelo, las prohibiciones en algunos medios de transporte, varias demandas, y una ola de publicidad negativa.
La polémica en torno al Galaxy Note 7 llegó a su punto más álgido la semana pasada con la decisión de Samsung de detener definitivamente la fabricación de dicho dispositivo, aunque no todo el mundo está satisfecho con dicha decisión.
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De acuerdo con la agencia de noticias Yonhap de Corea del Sur, tanto Samsung como el Gobierno de Corea del Sur han iniciado investigaciones en un esfuerzo por conocer las causas de los problemas del Note 7. Yonhap asegura que el Laboratorio de Ensayo de Corea del Sur (KTL) utilizará una combinación de tecnologías, incluyendo rayos X y tomografía, en su análisis.
«Hemos entregado algunos móviles (que se incendiaron) a KTL y cooperaremos con su investigación, pero no podemos simplemente sentarnos a esperar su resultado», subraya un portavoz de Samsung Electronics a Yonhap News. «Hemos estado movilizando todos los recursos posibles para encontrar, lo más pronto posible, la causa exacta de los problemas», añade.
Los ingenieros de la compañía inicialmente creían que el problema se centraba en la batería de litio-ion del Note 7, suministradas una gran parte por la filial Samsung SDI. Entonces, Samsung decidió cambiar la batería de los dispositivos. Pero este cambio no tuvo el efecto esperado ya que varios teléfonos calificados como «seguros» volvieron a incendiarse, incluyendo uno a bordo de un vuelo de Southwest Airlines.
Tras todo lo ocurrido, The New York Times sugirió que, a pesar de semanas de investigación por parte de «cientos» de especialistas en hardware de la compañía, Samsung fue incapaz de diagnosticar la causa de los incendios del Note 7. Según se apunta, una de las complicaciones fue la inconsistencia del fallo. De los cientos de Note 7 que la empresa proporcionó a los probadores beta antes del lanzamiento mundial del teléfono, ninguno mostró problemas.
Algunos empleados culpan del fracaso de la investigación a las condiciones de trabajo de Samsung. Uno de ellos habló con The New York Times y describió el entorno de la compañía como «militarista», dado que las decisiones de producto las realizaban los de arriba que «no necesariamente entienden cómo realmente funciona la tecnología”. Otro señaló que los empleados que participaron en las prueba del Note 7 fueron instruidos para mantener la discusión “offline”.
La incapacidad del Samsung para determinar la causa de los incendios del Note 7 le ha llevado a efectuar una retirada más amplia de todos los dispositivos vendidos hasta el momento. “Para mantener la seguridad de los consumidores, hemos dejado de vender y cambiar los Galaxy Note 7 porque hemos decidido parar la producción”, subrayaba un portavoz de la firma a The The New York Times.
Hasta la fecha, la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de los EEUU apunta a que más de 92 unidades del Note 7 se han sobrecalentado y se han incendiado. Cerca de 26 han causado quemadura, y más de 50 han causado daños a la propiedad. El jefe de Samsung, Ko Dong-jin, subraya que «buscarán a toda costa la causa exacta de estos problemas para restaurar la confianza de los consumidores”.