Los laboratorios Roche (Suiza) y Gilead (Estados Unidos) han unido esfuerzos en la lucha contra la pandemia de COVID-19, que al cierre de esta edición contabilizaba 5.7 millones de contagiados y más de 355,000 casos fatales en todo el mundo.
El objetivo es comprobar si la mezcla del antiinflamatorio Actemra, desarrollado por la farmacéutica con sede en Basilea, con remdesivir, un antiviral elaborado por su homóloga asentada en Foster City, California, es efectiva como tratamiento.
Concretamente, la idea es saber si el nuevo compuesto logra atenuar de mejor manera la neumonía severa causada por la infección por SARS-CoV-2, para lo cual será administrado en alrededor de 450 pacientes internados a partir de junio, informó el laboratorio suizo en un comunicado de prensa.
«Creemos que la combinación de un antiviral con un inmunomodulador podría ser una estrategia eficaz para el tratamiento de pacientes de gravedad”, explicó el director médico de Roche, Levi Garraway, quien también se desempeña como jefe global de Desarrollo de Productos.
Mientras que Actemra es utilizado para controlar las reacciones inmunológicas que exhiben algunos enfermos a causa del nuevo coronavirus, el remdesivir se está testeando en laboratorio para bloquear el proceso de replicación del patógeno.
Un billón de vacunas
Por su parte, AstraZeneca aseguró que tiene la capacidad de elaborar un billón (1,000 millones) de dosis de la vacuna que se encuentra probando la Universidad de Oxford.
Originalmente, la farmacéutica anglo-sueca había comprometido suministrar al menos 400 millones del fármaco a partir de septiembre de 2020, siempre y cuando los ensayos clínicos sean exitosos.
En declaraciones que reprodujeron medios como The Guardian, el secretario británico de Salud, Matt Hancock, proyectó que a finales del tercer trimestre el Reino Unido podría contar con hasta 30 millones de dosis.
“Los gobiernos, los fabricantes de medicamentos y los investigadores están trabajando en unos 100 programas, y los expertos predicen que un medio seguro y efectivo para prevenir la enfermedad podría demorar entre 12 y 18 meses en desarrollarse”, expuso el medio londinense.