Con millones de casos activos todos los días, para muchos hablar de “quitarse la mascarilla”, el accesorio emblemático de la pandemia de COVID-19, podría parecer una ilusión. Sin embargo, es una discusión que ya se está registrando en países que han vacunado a un porcentaje importante de la población.
El proceso de distribución de las vacunas no ha sido equitativo. Por lo mismo, el regreso de la “normalidad” prepandemia también podría llegar antes en países como Israel, que estudia medidas como un pasaporte COVID-19 o eliminar el uso obligatorio de mascarillas a partir de abril de 2021, según medios locales.
La decisión israelí se suma a la flexibilización en Estados Unidos, que ya no las considera necesarias para reuniones en espacios cerrados donde todos los integrantes hayan recibido una vacuna contra el COVID-19. Pero, ¿realmente estamos preparados para dejar de usar la mascarilla?
Qué dicen las agencias sanitarias
Las recomendaciones de las agencias sanitarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y de la Unión Europea (ECDC) han marcado la pauta para la estrategia sanitaria de la mayoría de los países.
Según sus últimas recomendaciones, esto es lo que dicen respecto a la vacunación y el uso de mascarillas:
- OMS: la última actualización de diciembre de 2020 –en la que no se refiere a las vacunas– afirma que es una “medida clave” para evitar la transmisión del virus, aunque no la única. Considera necesario usarla en espacios públicos cerrados, en lugares donde no pueda mantener la distancia social o cuando esté contacto con extraños, y en espacios abiertos, donde no sea posible la distancia física.
- CDC: en su actualización de marzo de 2021 aseguró que las personas vacunadas pueden dejar de usar mascarillas cuando visiten a quienes también hayan sido inoculadas o con personas con bajo riesgo de contraer el COVID-19. En espacios públicos, recomienda el distanciamiento físico y el uso del cubrebocas.
- ECDC: en su actualización de febrero de 2021 dijo que como todavía se desconoce cuánto dura la inmunidad de los antídotos, “incluso las personas vacunadas” deben usar mascarillas, evitar aglomeraciones en lugares cerrados y respetar la distancia social.
Qué recomienda la ciencia
Aunque el aporte de las mascarillas para prevenir la propagación del virus ha sido probado en múltiples estudios, todavía hay interrogantes respecto al efecto de las vacunas.
- Inmunidad: los científicos todavía no saben cómo las vacunas contra el COVID-19 pueden proteger contra la transmisión asintomática del SARS-CoV-2. Además, tampoco saben por cuánto tiempo brindan inmunidad del virus.
- Variantes: otras de las incógnitas es la efectividad de los antídotos contra todas las variantes del virus. Por ejemplo, se ha detectado que vacunas como las de Johnson & Johnson o Novavax son menos efectivas contra la cepa británica.
- La vacunación no es universal: no toda la población recibirá la vacuna. Los menores de 16 años (18 años con algunos antídotos) no son elegibles para recibirla. Además, hay adultos que no tendrán acceso por problemas de salud o dificultades de traslado.
Entonces, ¿para qué sirve la vacuna?
- A medida que más personas se vacunen, menos personas tendrán casos graves de COVID-19, por lo que se reducirá la prevalencia de la enfermedad.
- El uso de mascarillas y el distanciamiento social deben ser vistos como una estrategia continua de mitigación de riesgos, mientras se realizan las investigaciones y se reduce la prevalencia del virus.