Un verdadero problema de salud y de seguridad está provocando el fentanilo, la también llamada droga zombie, que ha causado estragos en Estados Unidos y que se está internando en diversos países de Latinoamérica de manera ilegal, como Chile o Colombia y que también se ha transformado en un problema en México y España.
Solo en EE.UU. en 2022, más de 107 mil personas han muerto por sobredosis de fentanilo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El fentanilo por sí solo se ha convertido en una de las principales causas de muerte en Estados Unidos. Fue responsable de un tercio de las muertes entre los estadounidenses de 25 a 34 años en 2022, según un análisis del Times con datos de mortalidad de los CDC.
Qué es el Fentanilo
El fentanilo es un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente.
Por lo general se receta a pacientes con dolores intensos, especialmente después de una operación quirúrgica. A veces también se usa para tratar a pacientes que sufren de dolor crónico y presentan tolerancia física a otros opioides.
Cuando lo receta un médico, el fentanilo se puede administrar en forma inyectable, en forma de un parche que se coloca sobre la piel o en forma de pastillas que el paciente disuelve en la boca como si fueran pastillas para la tos.
El fentanilo que se consume ilegalmente y que está asociado con más frecuencia con las sobredosis recientes se fabrica en laboratorios. Este fentanilo sintético se vende ilegalmente en forma de polvo, vertido en gotas sobre papel secante, en envases de gotas para los ojos o rociadores nasales o en pastillas parecidas a las de otros opioides recetados.
Algunos comerciantes de drogas mezclan el fentanilo con otras drogas como heroína, cocaína, metanfetamina y MDMA.
Por qué la llaman la droga zombie: efectos del Fentanilo
Valentín Islas, químico de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comentó en el diario El País, cómo actúa este opioide sintético.
El fentanilo se distribuye por el torrente sanguíneo y alcanza el sistema nervioso central en busca de su objetivo: los receptores opiáceos, elementos de las neuronas a los que se unen, ralentizando su actividad y disminuyendo las señales que transmiten el dolor. “Al interactuar con el receptor opiáceo, (el fentanilo) modula el dolor. Entre otras cosas, produce desentendimiento, sedación, aletargamiento y una sensación de bienestar”, asegura el experto.
La sensación de bienestar y euforia producida por el fentanilo puede cambiar drásticamente tras consumir una cantidad cercana a los dos miligramos, una dosis letal para la mayoría de las personas. Provoca problemas graves para respirar, luego un paro cardiaco y finalmente la muerte.
También puede reducir la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, lo que se conoce como hipoxia. La hipoxia puede llevar a un estado de coma y causar daños permanentes en el cerebro.
Los síntomas más comunes de una sobredosis por fentanilo son las pupilas contraídas y una respiración lenta o débil. También se pueden producir sonidos de atragantamiento o gorjeos a medida que disminuyen los signos de respiración. Además, una persona intoxicada podría quedarse dormida o perder el conocimiento, su piel suele sentirse fría, húmeda, pegajosa y lucir descolorida, especialmente los labios y uñas.