Mucha insistencia se ha hecho entre las autoridades políticas y sanitarias sobre el uso de la mascarilla para evitar la propagación del coronavirus. Sin embargo, la misma OMS si bien lo recomienda cien por ciento, también ha recalcado que esto no hace inmune a la gente a la enfermedad.
De todas maneras, un reciente estudio que fue compartido en una carta al editor publicada en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, las regiones con un interés temprano en las máscaras faciales tuvieron epidemias COVID-19 más leves.
En «COVID-19 y el interés público en el uso de mascarillas«, investigadores de la Universidad China de Hong Kong compartieron los resultados de su análisis de cómo el interés público en las mascarillas puede haber afectado la gravedad de la pandemia y potencialmente contener el brote en 42 países en 6 continentes.
Los autores señalaron que «en muchos países asiáticos como China y Japón, el uso de máscaras faciales en esta pandemia es omnipresente y se considera una etiqueta de higiene, mientras que en muchos países occidentales, su uso en el público es menos común».
Sunny Wong, profesora asociada del Departamento de Medicina y Terapéutica de la Universidad China de Hong Kong, comentó que, «a pesar de la proximidad [de Hong Kong] a China continental, su tasa de infección de COVID-19 es generalmente modesta, con solo 1,110 casos hasta la fecha. Esto se correlaciona con un uso casi ubicuo de máscaras faciales en la ciudad (hasta 98.8 por ciento de los encuestados). Se observan patrones similares en otras áreas asiáticas, como Taiwán, Tailandia y Malasia».
La doctora Wong además es partidaria de seguir alentando el uso de la mascarilla en países como Estados Unidos o Brasil donde la pandemia está más desatada.
«Las máscaras faciales pueden ayudar a frenar la propagación de COVID-19 y tienen un costo relativamente bajo en comparación con el recursos de salud y número de muertos asociados con la pandemia», finalizó.