Que una migraña episódica no llegue a transformarse en una migraña crónica depende en gran parte de factores genéticos, aseguran científicos de la Universidad Federal de Kazan (KFU), Rusia, en un artículo publicado en el Journal of Molecular Neuroscience.
El descubrimiento es importante ya que el 15 por ciento de la población mundial sufre de migrañas fuertes y frecuentes, según estimaciones médicas recientes.
“La migraña crónica es una enfermedad mucho más grave que la migraña episódica, que también puede convertirse en un síndrome crónico. Por lo tanto, es importante detectar a aquellas personas que pueden verse afectados. Gracias a esta investigación, encontramos factores genéticos que protegen de la cronificación de las migrañas”, destaca la neuróloga e investigadora Aliya Yakubova.
Para la prueba, se seleccionaron 46 pacientes con migraña y 50 pacientes sin la enfermedad. Todos donaron sangre para una secuenciación del ADN. En el proceso de secuenciación, los científicos determinaron polimorfismos en el receptor del dolor TRPV1.
El trabajo ayudó a encontrar diferencias significativas en los polimorfismos en pacientes con migraña crónica versus episódica. Esto significa que existe cierto grado de predisposición genética, factores de riesgo y de prevención de la cronicidad para los diferentes genotipos.
De acuerdo con la universidad rusa, el proceso de patentamiento de la técnica está actualmente en curso.
En esta primera etapa, se completaron los estudios piloto. El proceso de selección continuará y los pacientes con migraña crónica o episódica también podrán participar.
“Probaremos los resultados en una selección más amplia de individuos. Si nuestras conclusiones se mantienen firmes, nos gustaría introducirlas en la práctica clínica. Si un paciente tiene genotipos AA o AG, que no previenen la cronicidad de la migraña, pueden recibir terapias de prevención a largo plazo. Si tienen el genotipo GG, la cronicidad es poco probable y solo se puede prescribir una terapia sintomática”, destaca Yakubova.