En Europa y en Nueva York una nueva sintomatología en niños está preocupando a las autoridades. Se trata de fiebres persistentes, erupciones cutáneas, ojos inyectados en sangre y otros signos de fallas en el sistema inmune y que estarían asociadas con el coronavirus.
Otros pacientes han tenido síntomas más graves, como presión arterial baja y dolor abdominal, que a veces requieren cuidados intensivos.
Esto ha desempolvado una vieja enfermedad que sufrían los niños en el pasado, específicamente en la década de 1960: la enfermedad de Kawasaki.
Esta dolencia fue bautizada así porque un médico japonés llamado Tomisaku Kawasaki identificó un patrón en niños que sufrían inflamaciones: al no tratar esto, los pequeños desarrollaban aneurismas en las arterias alrededor del corazón que podían provocar daños cardíacos a largo plazo. Así que desarrolló una serie de criterios de síntomas asociados con la afección cardíaca, incluida la fiebre y diversas formas de inflamación, para esta enfermedad.
Jane Burns, directora del Centro de Investigación de Enfermedades de Kawasaki en la Universidad de California, San Diego, comentó en la revista Wired, que posiblemente el COVID-19 está disparando extrañamente este malestar que se creía superado y que afectaba a un grupo pequeño de infantes.
«Es un fenómeno muy raro…Nadie vio venir esto. Quiero decir, ¿cómo podríamos?» Afortunadamente, los médicos parecen estar bien equipados para manejarlo, y podrían tener mucho que aprender sobre los misterios de las enfermedades inmunes raras gracias a este aumento en los casos», comentó.
Susan Kim, una reumatóloga pediátrica de la Universidad de California en San Francisco, explicó cómo se puede tratar esta enfermedad.
«La corriente de la enfermedad de Kawasaki es y puede ser tratada por un pediatra general», dice Kim. «Los niños son tratados con aspirina e inmunoglobulina intravenosa, o IVIG, una solución de anticuerpos que ayuda al cuerpo a calmar su respuesta inmune hiperactiva. Por lo general, se sienten mejor en unos pocos días».
Durante años se ha tratado de descubrir que es lo que genera la enfermedad de Kawasaki, lo que parece cierto es que un disparador inmune activa sus síntomas. En los ochenta le echaron la culpa a los aerosoles y productos químicos, en 2005 a un tipo de coronavirus que provocaba resfriados comunes y este 2020 se sospecha que el SARS-CoV-2 está detrás de la activación.
Tal como sostiene Wired sobre la prevalencia de enfermedad de Kawasaki, «el aumento de los casos vinculados a Covid-19 se está viendo en los Estados Unidos y Europa. La mayoría de los niños son negros y tienden a ser mayores, incluso adolescentes».