La esperanza de gran parte del planeta por contar con una vacuna contra el coronavirus recae en los hombros de científicos como la profesora Sarah Gilbert, de la Universidad de Oxford, quien lidera uno de los ensayos más prometedores.
La institución británica trabaja en conjunto con su socio farmacéutico AstraZeneca. Actualmente, está a la espera de los resultados de los ensayos de la fase 3. Si demuestran un alto nivel de eficacia, la vacuna podría estar disponible a fines de 2020.
Pero el COVID-19 y su vacuna podrían ser solo parte del comienzo de un ciclo de nuevas y peligrosas enfermedades, afirmó Sarah Gilbert en una entrevista realizada por The Independent.
Como voz autorizada en salud, la científica advierte que en los próximos años aparecerán nuevos brotes de enfermedades transmitidas de los animales a los seres humanos.
Asegura que la actividad humana está impulsando una creciente amenaza de virus y que es poco probable que el riesgo se reduzca a medida que continúa la globalización.
“Mayor densidad de población, más viajes, deforestación: todas estas cosas hacen más probable que ocurran estos brotes y que luego se propaguen. Debido a la forma en que han ido las cosas en el mundo, es probable que en el futuro tengamos más infecciones zoonóticas que causen brotes”, afirmó.
Una infección zoonótica es una enfermedad causada por un patógeno, como una bacteria o un virus, que ha saltado de un animal a un humano.
La mayoría de los investigadores creen que el COVID-19 surgió en murciélagos e infectó a humanos a través de otro animal, probablemente en un mercado en Wuhan, China, donde se detectó por primera vez.
Otras enfermedades mortales como el ébola, el SARS y el Virus del Nilo Occidental también se han originado en animales.
La OMS estima que el 75 por ciento de todas las enfermedades infecciosas nuevas y emergentes son zoonóticas.