Científicos chinos creen haber descubierto por qué las personas dadas de alta por COVID-19 nuevamente desarrollan la enfermedad.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Cell Research, los pacientes ya sanos aún podrían llevar el SARS-CoV-2 en los pulmones, razón por la cual no es detectado a través de los métodos de prueba convencionales.
«Nuestro trabajo proporcionó la primera evidencia patológica de virus residual en el pulmón para un paciente (que dio negativo) tres veces consecutivas», señaló la investigación liderada por Bian Xiuwu de la Universidad Médica del Ejército en Chongqing.
Existía la necesidad de «mejorar las pautas clínicas para la contención del virus y el manejo de la enfermedad», plantearon los científicos, citados por South China Morning Post.
El estudio se basó en el examen posmortem de una mujer de 78 años, que falleció después de haber tenido el coronavirus. La persona fue a un hospital de Chongqing el 27 de enero después de una caída, pero también dio positivo para COVID-19 y luego desarrolló sus síntomas.
“Después de recibir un tratamiento antiviral, se consideró lista para ser dada de alta el 13 de febrero, después de haber arrojado resultados negativos en tres pruebas, basadas en muestras de la parte posterior de su nariz y garganta”, explicó el periódico.
Basándose en una tomografía computarizada, los médicos estimaron que su condición había mejorado significativamente. Sin embargo, la mujer sufrió un paro cardíaco y murió un día después.
Este caso ha demostrado que existe una “necesidad urgente de comprender la patogénesis de la infección por SARS-CoV-2″, concluyó la investigación.
“La autopsia no encontró rastro del coronavirus en su hígado, corazón, intestino, piel o médula ósea. Sin embargo, sí se halló cepas completas del virus en el tejido profundo de sus pulmones”, detalló South China Morning Post, lo cual fue confirmado a través de un microscopio electrónico.
Aparentemente, las cepas no provocaron ningún síntoma aparente, pero el tejido pulmonar sí presentaba el daño típicamente causado por una infección viral. La ausencia del virus en el resto del cuerpo imposibilitaba su detección, porque los métodos típicos toman muestras de la nariz y la garganta.
“El equipo de Bian sugirió enjuagar los pulmones de los pacientes antes de que sean dados de alta del hospital, para una detección más precisa de las cepas ocultas. También conocido como lavado broncoalveolar, implica insertar un tubo que contiene un líquido de lavado en los pulmones a través de la boca del paciente”, señaló el medio.
Un médico de un hospital público de Beijing que trata a pacientes con COVID-19 refutó la fórmula. “No es realista. El paciente sufriría demasiado y no hay garantía de que el procedimiento sea 100 por ciento efectivo», comentó el profesional, quien habló bajo anonimato.