Una vacuna contra el cáncer es el próximo desafío de la científica alemana Özlem Türeci, cofundadora del laboratorio BioNTech y que lideró el desarrollo del primer antídoto contra el COVID-19.
En declaraciones a la agencia AP, Türeci aseguró que el mundo puede estar seguro de que las vacunas son seguras y que esta tecnología pronto podría ser utilizada para el cáncer.
La vacuna de BioNTech contra el COVID-19, desarrollada junto al laboratorio Pfizer, utiliza la tecnología de ARN mensajero (ARNm), un cambio respecto a las habituales basadas en proteínas del mismo virus.
El ARN mensajero lleva instrucciones al cuerpo humano para producir proteínas que lo preparen para atacar un virus específico. Este principio se podría usar para combatir los tumores.
Cuando estalló la pandemia en 2019, la investigadora trabajaba junto a su esposo y director ejecutivo de BioNTech Ugur Sahin en un tratamiento para aprovechar el sistema inmunológico del cuerpo en el combate a los tumores.
“Tenemos varias vacunas contra el cáncer diferentes basadas en ARNm”, afirmó Türeci, que además se desempeña como directora médica del laboratorio alemán.
Aunque reconoció que todavía es muy prematuro aventurar cuándo podría estar disponible un desarrollo de esta naturaleza, la investigadora estimó que es posible que esto ocurra en un “par de años”
“Esperamos que dentro de solo un par de años, también tengamos nuestras vacunas [contra] el cáncer en un lugar donde podamos ofrecerlas a las personas”, afirmó.
En medio de la inquietud en Europa por la vacuna de Oxford/AstraZeneca, Türeci defendió los procesos de autorización de los antídotos, y aseguró que estos son estrictos y permanentes.
“Existe un proceso muy rígido y no se detiene después de que se ha aprobado una vacuna. De hecho, continúa en todo el mundo, donde los reguladores han utilizado sistemas de informes para detectar y evaluar cualquier observación realizada con nuestra u otras vacunas”, puntualizó.