Pese a que se ha confirmado la efectividad de las vacunas para frenar los contagios de coronavirus, aún existen muchas personas que están en contra de su aplicación. El problema es cuando son los propios funcionarios de la salud quienes actúan de manera irresponsable.
En Alemania, una enfermera antivacunas fue acusada de inyectar una solución salina a cerca de 8,600 personas, quienes debían recibir una vacuna anti-COVID-19.
De acuerdo con un artículo de The Guardian, la mujer publicó teorías de conspiración contra las vacunas en redes sociales mientras trabajaba para la Cruz Roja entre marzo y abril de este año.
Los afectados serían ancianos del distrito de Frisia, al norte de Alemania, precisamente el segmento de la población que presenta mayor riesgo de enfermar de gravedad por contagio de COVID-19.
Por ahora, la enfermera solo reconoció seis casos de alteración de las vacunas, pero las autoridades creen que podrían ser muchos más.
“La enfermera, que no ha sido identificada públicamente, admitió haber dado a seis pacientes inyecciones de solución salina después de que surgieron sospechas en abril. Dijo que lo hizo para encubrir el hecho de que se le había caído un frasco de la vacuna Pfizer”, señaló el canal NDR.
“Sin embargo, dado que se llevaron a cabo las pruebas de anticuerpos, se sospecha que un grupo mucho más amplio de personas se ha visto afectado. La policía también descubrió que la mujer, que trabajaba con la Cruz Roja, había compartido publicaciones escépticas sobre las vacunas en las redes sociales”, agrega el medio.
Las autoridades también han encontrado publicaciones en WhatsApp relacionadas con contenido antivacunas, justo cuando la profesional trabajaba en el centro de vacunación y poco antes de que administrara las inyecciones.
Por el momento tampoco está claro si la enfermera ha sido arrestada o acusada de algún delito.