El movimiento nos pilló a todos desprevenidos: Google había iniciado el proceso de compra de Fitbit, que como sabes, es la gran marca que persiste con éxito en el mercado de los wearables. El acuerdo de adquisición se ha cerrado en los $2,100 millones de dólares (2.1 billones de dólares), una cifra que a muchos les sabe a ganga ¿Por qué motivo? Más allá de la valoración de los activos de la empresa, Google se lleva la recompensa que realmente estaba persiguiendo: los datos de salud acumulados de millones de usuarios desde hace más de una década.
Para los fundadores y accionistas de Fitbit, la noticia no puede ser mejor: se han convertido en millonarios de la noche a la mañana, pero suponemos que este diluvio de dólares no habrá sentado igual de bien a usuarios y trabajadores de la compañía. Los primeros, puesto que sus datos más valiosos, los relativos a la salud, caen en manos de la que se ha bautizado en muchas ocasiones como “la mayor agencia de marketing del mundo”; para los segundos por algunas malas experiencias previas en adquisiciones de empresas.
A por la tarta del Apple Watch
Una vez conocida la noticia, la conexión en mi cerebro fue inmediata: Google quiere rivalizar cara a cara con el todopoderoso Apple Watch; esta visión tiene su fundamento puesto que Fitbit es ya una marca consolidada en el segmento de la tecnología vestible y con la compra se posiciona en un lugar privilegiado para atacar al Apple Watch. Pero este primer análisis, que tiene mucho sentido, se queda corto si consideramos que el verdadero negocio de los wearables esta todavía por venir.
Los analistas vaticinan que este segmento duplique su facturación en 2023, y no solo por la venta de hardware, sino por los servicios añadidos en salud. Así es, si las predicciones no fallan, en un futuro inminente, las pólizas de salud podrían estar vinculadas a la actividad del cliente. Se trata de algo similar a lo que sucede con los conductores: los que no reportan accidentes van acumulando descuentos en la renovación del seguro. Pues bien, en este caso, quien mantenga hábitos de vida saludables y sea activo, obtendrá reducciones en su póliza.
Los datos, en principio, a salvo
Si un conductor que tiene pocos o ningún accidente a lo largo de los años, tiene elevadísimas probabilidades de seguir así en el futuro, mayor todavía es la correlación existente entre los hábitos saludables y la propia salud. Y es aquí donde Apple (y hasta ahora, Fitbit), se encuentra en una posición envidiable. Millones de usuarios por todo el mundo registrando sus datos vitales y su actividad de forma constante son un filón para cualquier empresa o negocio vinculados con la salud ¿Quiere esto decir que Google comerciará con estos datos?
La respuesta inmediata ha llegado del propio coloso: no utilizará estos datos para la venta de publicidad bajo ningún concepto; es decir, que, por poner un ejemplo absurdo, si uno cuenta con arritmias o sobrepeso, no recibirá anuncios de dietas ni de gimnasios en su barrio. Como apuntamos, Google ha negado la mayor en la posible venta de datos a AdSense, pero no ha descartado de forma explícita una posible cesión voluntaria de estos datos a empresas o seguros médicos para obtener una rebaja en su póliza, y aquí sí que puede haber mucho dinero.
Te recordaremos, Fitbit
Llegados a este punto, realmente no se sabe de aquí a cinco años qué será de Fitbit y si seguirá siquiera como marca en el mercado. Los precedentes no son muy halagüeños, si quieres que seamos sinceros: Nest ha perdido en tiempo récord buena parte de sus figuras más relevantes, Waze ha logrado salvar su interfaz pero no queda claro cuál será el futuro de este proyecto, y otras adquisiciones pasadas que han terminado por desnaturalizar el proyecto.
¿Quiere esto decir que estamos ante el fin de Fitbit? No tiene por qué ser así, pero sí ha muerto un poquito la esencia de ese proyecto propio y que contaba con una sólida base de clientes y mucha actividad entre bambalinas. Por otro lado, siempre planea la sombra de las temidas limpiezas de primavera de la compañía, donde sin una explicación clara, proyectos faraónicos simplemente se cierran dejando en el aire a millones de usuarios. Esperemos que este no sea el destino de Fitbit…