He pasado algunos días con lo que se podría considerar un pequeño ecosistema tecnológico de Huawei, compuesto por el Mate 30 Pro, los FreeBuds 3 en color blanco y el reloj inteligente Watch GT 2, productos premium en sus respectivas categorías de producto. ¿Son más las quejas que los alabos en esta experiencia?
En Digital Trends en Español, colegas y yo ya hemos comentado nuestra experiencia con cada uno de estos productos por separado, y ahora se presenta la oportunidad para hablar del conjunto.
La comunicación entre los tres dispositivos es más rápida que cuando se intenta enlazar los audífonos inalámbricos o el reloj inteligente con un celular que no salió de la fábrica de Huawei. Si bien ahora las aplicaciones facilitan, en gran medida, que el usuario pueda estar usando, al mismo tiempo, dos gadgets de diferentes marcas, el proceso parece más natural cuando pertenecen a la misma compañía.
Apple es la experta en este apartado. Parece que sus equipos, desde el más pequeño hasta el más robusto, se hicieron bajo el concepto de ser lo más intuitivos posible, que sus clientes no tengan que estar batallando con configuraciones confusas.
Especialmente desde que Huawei se volvió un importante jugador en el terreno de los celulares, ha estado trabajando para que su sistema de dispositivos móviles se sienta bien integrado, y se comprueba con los tres con los que he pasado algunos días.
Desde que se abre el estuche de los FreeBuds 3, por ejemplo, el Mate 30 Pro inmediatamente los “reconoce” para mostrar el porcentaje de batería de cada auricular y del mismo estuche. Desde la app Salud en el celular, es posible establecer distintas funciones para el Watch GT 2, como recordatorios de actividad –que aparecen si el usuario pasa sentado más de una hora– y pruebas de estrés automáticas, entre otras características.
El smartphone de última generación de Huawei es el “puente” ideal para encontrar una experiencia más completa e intuitiva tanto con el smartwatch como con los audífonos inalámbricos de la marca, como era de esperarse.
Sí, está el asunto de que el celular no integra Google Mobile Services, lo que se traduce, sobre todo, en que las apps de la compañía californiana no se pueden usar en el mismo. Se trata de una consecuencia de las restricciones comerciales de Estados Unidos hacia China, el país de origen de Huawei.
En este sentido, al ser un usuario Android desde que empecé a usar teléfonos inteligentes y al tener la mayor parte de mi información en los servicios de Google, sí me costó pasar al Mate 30 Pro al 100 por ciento.
Huawei afirma que trabaja a marchas forzadas para que las personas encuentren en su nuevo equipo la experiencia Android a la que están acostumbrados, proceso que llevará su tiempo, sin duda.
Se puede decir que el Mate 30 Pro es el primer teléfono comercial de China que paga “los platos rotos” de la restricción comercial de Estados Unidos. Sin embargo, y si el usuario está dispuesto a dejar un poco de lado a Google, con todo lo que eso implica, en el nuevo móvil encontrará una cámara, pantalla y batería que no decepcionan en ningún caso.
Las licencias que han pedido las empresas de Estados Unidos para volver a trabajar con Huawei, hasta hoy, siguen congeladas, por lo que la compañía mejor va por su propio camino para crear su propio “Google”, no el buscador, sino todos los servicios que hay alrededor de este nombre.
El fabricante sigue demostrando que sabe hacer un buen hardware, especialmente con todo lo que tiene que ver con dispositivos móviles; y ha echado la moneda en software.
Volviendo al tema del trío de dispositivos que he usado recientemente, puedo decir que la experiencia es favorable. Son más los puntos a favor de contar con un ecosistema de un mismo fabricante que productos de distintas marcas.
Eso sí, no es una práctica que todos puedan llevar a cabo, especialmente con los artículos premium: no son nada baratos, sobre todo los de las firmas reconocidas, como Samsung, Apple y la misma Huawei.