Con tanta gente trabajando y estudiando desde casa, la plataforma de videoconferencias Zoom ha experimentado un auge en semanas recientes, atrayendo a millones de usuarios nuevos que aprovechan las ventajas de este práctico medio para permanecer en comunicación y estar en contacto con sus seres queridos. La cifra oficial señala que el crecimiento de Zoom se ha disparado de 10 millones a 200 millones de usuarios al día en el último mes.
Sin embargo, esta nueva prominencia también ha atraído a esos indeseables habitantes de la red conocidos como trolls. Luego de que el FBI emitiera una advertencia acerca del fenómeno ahora conocido como “zoombombing” (cuando personas malintencionadas se infiltran a videollamadas de Zoom para compartir imágenes ofensivas, mostrar archivos GIF de mal gusto, usar fondos virtuales para exhibir mensajes de odio o simplemente insultar a los participantes) que estaba presentándose en sesiones de estudio infantiles, juntas de trabajo y hasta reuniones de Alcohólicos Anónimos, Zoom tomó la decisión de implementar medidas para evitar este tipo de ataques.
A partir del 5 de abril, se activarán salas de espera virtuales en las que hay que esperar a que el organizador de la reunión otorgue manualmente el acceso a cada uno de los participantes. Además, se necesitarán contraseñas para acceder a las reuniones aunque ya se cuente con un Meeting ID, pues estos pueden ser reutilizados o, incluso, adivinados.
Zoom informó a sus usuarios a través de un correo electrónico: “hemos decidido implementar las contraseñas en sus reuniones y activar las Salas de Espera por defecto como mejoras de seguridad adicionales para proteger su privacidad”. Otras medidas incluirán la posibilidad de desactivar la transferencia de archivos y las pantallas compartidas, así como bloquear a los asistentes que han sido expulsados de la sala para que no puedan volver a ingresar.