Con el crecimiento del mundo de las criptomonedas en años recientes, se ha hecho necesario establecer medidas para fiscalizar este sistema monetario virtual. Por mucho tiempo, el llamado había sido ignorado, pero ahora eso está cambiando, pues las criptodivisas comienzan a ser consideradas por las autoridades estadounidenses.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, presentó una nueva orden ejecutiva para establecer un marco de trabajo con las criptomonedas al centro, tanto para desarrollar oportunidades como para mitigar los riesgos de estas divisas. Esto ha sido anunciado como el “primer acercamiento de todo el gobierno” a las monedas virtuales.
La orden ejecutiva, anunciada el miércoles, reúne a las agencias para estudiar qué políticas y herramientas podría usar Estados Unidos para combatir los riesgos de las criptodivisas, mientras mantienen al país a la vanguardia de la tecnología y el sistema financiero mundial.
“Estados Unidos debe mantener el liderazgo tecnológico en este espacio de rápido crecimiento al apoyar la innovación y mitigar los riesgos para los consumidores, las empresas, el sistema financiero en general y el clima”, dice el anuncio de la Casa Blanca.
Es una directiva largamente esperada que ha tenido a la industria de la criptografía al límite, sobre todo debido a la creciente preocupación regulatoria en torno al incipiente mercado de activos digitales.
¿Qué aspectos de las criptomonedas cubrirá la nueva orden presidencial?
Las medidas anunciadas por Biden se centrarán en seis áreas clave:
- Protección de consumidores e inversores
- Estabilidad financiera
- Actividad ilícita
- Competitividad de EE.UU. en un escenario global
- Inclusión financiera
- Innovación responsable
La protección de los consumidores es una parte importante de la directiva, pues han sido innumerables las historias de inversores que han sido estafados con criptomonedas o que han perdido grandes sumas de dinero a través de ataques cibernéticos en intercambios.
Si bien los formuladores de políticas han querido minimizar los riesgos sistémicos de las criptomonedas, ha habido una creciente preocupación por el papel que desempeñan las monedas estables (stablecoins). Estos son tokens digitales que están destinados a vincularse al valor de las monedas existentes, como los dólares estadounidenses.
La stablecoin más grande del mundo, Tether, con $80,000 millones de dólares en circulación, ha sido criticada por los reguladores diciendo que su token no está suficientemente respaldado por los dólares en reserva. Tether, por otro lado, dice que su moneda está totalmente respaldada, pero la composición de sus reservas incluye obligaciones de deuda a corto plazo como papel comercial, no solo efectivo.
El tema de las monedas estables estuvo notablemente ausente en el reciente anuncio de la Casa Blanca, aunque la secretaria de Tesorería Janet Yellen ha dejado claro que quiere que el Congreso introduzca una regulación para el sector.
Otra área clave en la que se enfoca la orden ejecutiva de Biden es erradicar la actividad ilegal en el área de las criptomonedas.
En febrero, los oficiales estadounidenses incautaron $3,600 millones de dólares en bitcoins (su mayor incautación de criptomonedas hasta la fecha) por el hackeo del intercambio de criptodivisas Bitfinex en 2016.
Las autoridades ahora también están preocupadas por el posible uso de criptomonedas para ayudar a las personas y empresas rusas sancionadas a evadir las restricciones, esto tras la invasión rusa a Ucrania.
Sin embargo, los defensores de las criptomonedas dicen que es muy difícil que los fondos se laven con monedas digitales, ya que todas las transacciones se mantienen públicas en blockchain, un sistema de mantenimiento de registros inmutable.
En menor medida, Biden también mencionó el costo total de la energía incorporado en las criptomonedas, por lo que quiere que se estudien formas de hacer que su desarrollo sea más “responsable”, reduciendo cualquier impacto climático negativo.
El bitcoin se basa en un mecanismo conocido como prueba de trabajo (sistema PoW) para confirmar transacciones y generar nuevas unidades de moneda. Además, una red descentralizada de computadoras compite para resolver complejos puzles matemáticos con el fin de extraer la criptomoneda. Entonces, cuanto más poder de cómputo tenga un minero, mayores serán sus posibilidades de ser recompensado con nuevos bitcoins.
Este procedimiento ha hecho sonar las alarmas para los legisladores de todo el mundo, de hecho, China ya prohibió la criptominería el año pasado, lo que provocó un éxodo de sus criptomineros a Estados Unidos y otros países, como Kazajstán.
Sin embargo, las medidas de China pueden ser beneficiosas para Estados Unidos que, de hecho, incluye en su orden ejecutiva el objetivo de conseguir una ventaja competitiva sobre otros países en lo que respecta al desarrollo de las criptomonedas.
La Blockchain Association, una organización que representa a varias compañías de criptomonedas conocidas, dijo tras el anuncio de la Casa Blanca que Biden “tiene la oportunidad de garantizar que Estados Unidos siga siendo el líder mundial en innovación tecnológica en los próximos años”.
Por lo visto, el gobierno estadounidense parece estar asumiendo la realidad sobre lo que representan estos activos digitales: una de las tecnologías e infraestructuras más importantes del siglo XXI.
Esto ha alegrado bastante a los inversionistas y aficionados a las criptomonedas, pues llevan años defendiendo este tipo de dinero. Incluso los precios del bitcoin subieron por encima de $42,000 dólares el miércoles por el optimismo sobre la acción ejecutiva.