Hoy por hoy, es imposible saber cuándo podremos volver a nuestra “perdida” normalidad, esa en la cual vivíamos a comienzos de 2020 y que se vio dramáticamente interrumpida en marzo. Los más optimistas hacen planes para fines del año, aunque muchos creen que no será hasta bien entrado 2021 cuando podamos volver a tener una vida medianamente similar a la que la pandemia nos arrebató.
Contarlo sería ocioso: todos hemos vivido en primera persona cómo ha cambiado nuestra vida –y cómo seguirá cambiando– en lo inmediato y a mediano plazo. ¿Viajes? Las directrices son claras y perentorias: evita viajar o salir de casa a no ser de que sea estrictamente necesario. Muy bien, pero… en algún momento tendremos que volver a subirnos a un bus, a un tren, a un avión, ¿no?
Lo primero: los guantes y, sobre todo, esas mascarillas que has estado usando estas semanas, serán tu segunda piel. Hazte ya la idea de que las llevarás contigo en los espacios públicos por lo que resta de 2020, y seguramente más allá. Para ejemplificarlo, incluso las deberías llevar puestas en una playa nudista. Esta claro, ¿no?
Los buses, trenes y aviones repletos de pasajeros eran un problema ya antes. Ahora, este hacinamiento del transporte se torna un obstáculo casi insalvable. Si las autoridades te aconsejan mantener una distancia de unos seis pies (1.8 metros) de tu prójimo… ¿cómo diantres vas a poder mantener esa distancia en un bus, tren o avión?
En lo relativo al transporte público, el desafío nos exige civilidad y sentido común: mantén la distancia que puedas, en todo momento, y nunca te quites la mascarilla. Toca y agarra con guantes todo aquello que necesites, y aún así recuerda lavar tus manos con fruición cuando llegues a tu destino. Por su parte, las autoridades de transporte se han comprometido a mantener los vehículos y compartimentos higienizados correctamente.
Los aviones son otra cosa.
Una solución rápida ha sido deshabilitar hileras de asientos: la hilera del medio, por ejemplo, cuando son tres asientos por fila. Cuando son dos, se utiliza uno y el otro permanece libre. Cuando son filas de cuatro, se utilizan solo dos. En definitiva, reducir la cantidad de pasajeros a poco más de la mitad en cada vuelo.
Pero no nos olvidemos que las compañías aéreas llevan años pensando en cómo meter (todavía) más pasajeros en sus aviones, por lo que esta solución “momentánea” y “de emergencia” no tiene mucho futuro.
Pensando en esto, la compañía de italiana Aviointeriors ha desarrollado dos diseños que –eventualmente– ayudarían a mantener a cada pasajero lo más aislado posible del resto. Uno es el modelo Janus, del cual hablamos hace unos días. Consiste básicamente en disponer las filas de asientos en forma de «S», separando además a los pasajeros con una especie de mampara de metacrilato o algún otro material similar.
La otra solución dada por la compañía –Glassafe– mantiene la disposición habitual de los asientos, aunque separados por el mismo material translúcido. Ambos proyectos aún deben solucionar ciertas cuestiones de seguridad, pero ofrecen a las aerolíneas la opción de mantener el número de pasajeros por vuelo. No por nada, Aviointeriors había estado diseñando un tipo de asientos en los cuales se va prácticamente de pie, aumentando así el número pasajeros (y de dinero, claro) por cada vuelo.
Otra posible ayuda –que no solución– viene dada por los rayos UV. Años atrás, de hecho, reportamos el proyecto de la compañía Boeing en el cual los baños de los aviones se limpiaban y desinfectaban por sí solos en tres segundos mediante la exposición a rayos UV, la cual conseguía matar el 99.9 por ciento de los gérmenes.
Súmale a eso un sistema automático de apertura y cierre de puertas, y de pedales para dar el agua y tirar la cadena, y claro: tienes el lavabo más higiénico de los cielos. ¿Sería posible aplicar un sistema similar a todo el avión? La eficacia de los rayos UV en la prevención del COVID-19 sigue siendo factible, y si se aplica a los aviones, también podría aplicarse a los buses, trenes y demás espacios públicos.Por ahora, todas estas son soluciones posibles que aún tomarán tiempo en implementarse: Aviointeriors habla de 11 meses de desarrollo para ver sus asientos Janus y Glassafe en los aviones.
Eso sería en marzo de 2021. A lo mejor para entonces ya habrá una vacuna, o algún buen tratamiento que reduzca el temor de exponerse a un contagio. Hasta entonces, las mismas recomendaciones de estas últimas semanas sirven para todos: si no es estrictamente necesario, no viajes. Y si lo haces, no toques nada; lleva mascarilla; procura hablar poco y que te hablen poco; si puedes, cubre también tus ojos, y por nada del mundo aceptes algo de una mano no enguantada y que no venga en un envase higienizado. Lleva siempre contigo gel desinfectante de manos, y sal del avión y aeropuerto lo antes posible.
¿Escenario de pesadilla? Llevamos dos meses haciendo más o menos lo mismo, y ya lo ves: seguimos aquí.