Hace un par de años, en 2021, el geólogo chino Qian Yuan reconoció que tenía “una idea loca”: en ese momento sostuvo que la Tierra tenía otro planeta en su interior y que se notan cuando estas enormes placas de masa se ralentizan tras los terremotos.
Sin embargo, este 1 de noviembre de 2023 el equipo de Yuan ha desarrollado y publicado en la revista Nature, estos indicios.
Los autores recuerdan que hace medio siglo cogió fuerza la teoría de que la Luna se formó a partir de productos de la colisión de la Tierra contra otro joven cuerpo celeste del tamaño de Marte. En ese escenario, el embrión de planeta, llamado Tea o Theia, chocó contra la Tierra primitiva y luego penetró en el manto terrestre originario y se solidificó, hundiéndose posteriormente y formando las extensas zonas sísmicas anómalas que ahora intrigan a los científicos.
Los investigadores calculan que una cantidad significativa del manto de Tea, equivalente al 2% de la masa de la Tierra, se incrustó en el manto terrestre. Entre los firmantes también figura el profesor chino Hongping Deng, del Observatorio Astronómico de Shanghái. “Nuestros hallazgos desafían la idea tradicional de que el gran impacto provocó la homogeneización de la Tierra primitiva”, ha declarado Deng en un comunicado. “El gran impacto que formó la Luna parece ser el origen de la heterogeneidad del manto temprano y marca el punto de partida de la evolución geológica de la Tierra a lo largo de 4.500 millones de años”, explica Deng.
El equipo de Yuan subraya que esa heterogeneidad del manto de la Tierra puede emerger a la superficie en eventos como los que formaron las islas volcánicas de Islandia y Hawái.