Los científicos podrían haber revelado el misterio de la llamativa Nebulosa del Anillo Azul, también conocida como Blue Nebula, después de 16 años de haberla identificado por primera vez.
La nebulosa alberga una estrella central, conocida como TYC 2597-735-1, que está rodeada por un inusual anillo ultravioleta, que ha sido un gran misterio para los investigadores.
Sin embargo, los científicos han descubierto evidencias en los misteriosos restos fluorescentes y que podrían explicar su formación, consigna LiveScience.
La nebulosa se formó después de una colisión estelar, que expulsó una nube de escombros calientes al espacio, según los investigadores.
Las emisiones parecen formar el peculiar anillo, que en realidad es luz ultravioleta invisible que fue codificada en color azul en las imágenes del ahora desaparecido telescopio espacial Galaxy Evolution Explorer (GALEX) de la NASA.
Conos de hidrógeno molecular brillante
Con el Observatorio W. M. Keck en Hawai, los investigadores encontraron que el anillo azul es la base de una nube en forma de cono de hidrógeno molecular brillante, que se extiende desde la estrella central hacia la Tierra.
Las observaciones también mostraron una segunda nube en forma de cono, que se extiende desde la estrella en la dirección opuesta.
Ambas bases parecen superponerse cuando se ven desde la Tierra, creando la forma de anillo alrededor de la estrella, explicó Christopher Martin, físico del Instituto de Tecnología de California (Caltech).
Los científicos creen que las nubes de escombros fluorescentes se formaron después de que una estrella similar al Sol chocó y consumió a otra estrella más pequeño hace miles de años.
Las observaciones recientes capturan una fase evolutiva nunca antes vista de una colisión estelar.
«La fusión de dos estrellas es bastante común, pero rápidamente quedan oscurecidas por una gran cantidad de polvo a medida que el material expulsado de ellas se expande y se enfría en el espacio, lo que significa que no podemos ver lo que realmente sucedió», afirmó Keri Hoadley, autora principal del estudio y física en Caltech.
Cuando los escombros salieron expulsados, crearon una onda de choque que calentó las moléculas de hidrógeno en la nube de escombros, produciendo las emisiones ultravioleta detectadas en 2004.
Las observaciones también sugieren que la estrella está rodeada por un disco de polvo que absorbe la luz de la estrella y luego vuelve a irradiar en el infrarrojo.
Los investigadores creen que este disco cortó la nube de escombros que rodeaba a la estrella por la mitad, creando las dos nubes en forma de cono que se extienden en direcciones opuestas.