Otra impresionante imagen de las maravillas del espacio fue compartida esta semana por investigadores que utilizan el Telescopio Espacial Hubble. Esta imagen del Hubble muestra la galaxia NGC 1961, sus brazos espirales extendiéndose hacia la oscuridad y girando alrededor de su centro brillante y ocupado. La galaxia se encuentra a 180 millones de años luz de distancia, en la constelación de Camelopardalis, o la Jirafa. Esta constelación menos conocida es visible desde el hemisferio norte y es grande pero débil.
Esta galaxia en particular es notable por su núcleo galáctico activo, que es la región muy brillante en su corazón. Los núcleos galácticos activos o AGN son objetivos de estudio porque son más brillantes de lo que se puede explicar por la presencia de estrellas allí, con grandes cantidades de radiación que se producen a medida que el material cae en el agujero negro supermasivo en sus centros.
«NGC 1961 es una espiral intermedia y un tipo de galaxia AGN, o núcleos galácticos activos», explican los científicos del Hubble. Las espirales intermedias se encuentran entre las galaxias espirales «barradas» y «sin barras», lo que significa que no tienen una barra bien definida de estrellas en sus centros. Las galaxias AGN tienen centros muy brillantes que a menudo eclipsan con creces al resto de la galaxia en ciertas longitudes de onda de luz. Estas galaxias probablemente tienen agujeros negros supermasivos en sus núcleos que producen chorros brillantes y vientos que dan forma a su evolución. NGC 1961 es un tipo bastante común de AGN que emite partículas cargadas de baja energía».
A pesar de que los agujeros negros en sí mismos son invisibles porque absorben la luz que se acerca a ellos, las regiones inmediatamente alrededor del agujero negro pueden brillar intensamente. A medida que el polvo y el gas se arremolinan alrededor del agujero negro en una estructura llamada disco de acreción, las partículas de polvo y gas se frotan y aumentan de temperatura. Estos discos de acreción pueden alcanzar temperaturas muy altas, incluso más calientes que la superficie del sol. Son brillantes ya que emiten radiación a través del espectro electromagnético dependiendo del entorno particular, incluida la luz visible y los rayos X.