Alrededor de un mes después de que el profesor Max Tegmark del Instituto de Tecnología de Massachusetts advirtiera que los “robots de matanza” militares podrían caer en manos de los civiles, como los cárteles de droga, se informó que estos utilizan drones para arrojar bombas improvisadas sobre sus enemigos.
Eso es lo que apareció en un video que se ha vuelto viral en México (vía Vice), el cual muestra a un dron que lanza explosivos caseros. Esto ocurrió en el estado mexicano de Michoacán, un lugar de un sangriento conflicto entre grupos criminales rivales.
Graban un bombardeo, que podría ser adjudicado al Cártel de Jalisco, Nueva Generación (#CJNG) en #Tepalcatepec, #Michoacán posiblemente sea un campamento en El Bejuco, donde se reportaron enfrentamientos hoy y rumbo a La Romera, el dron después hace movimientos oscilatorios.
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— BALAM. (@OfficialBalam) January 11, 2022
En el video se ve cómo las bombas se mueven lentamente hacia una estructura destartalada dentro de una zona boscosa, seguidas de explosiones y personas que huyen de ellas en todas direcciones. Después de casi un minuto, el video se vuelve bruscamente borroso y vertiginoso ya que, según lo reportado, el dron cae al suelo después de que recibiera disparos.
El material supuestamente se recuperó después de que el dron fuera derribado. Sin embargo, Vice aún no ha verificado la autenticidad del contenido.
Según el diario El País, el dron pertenecía a miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cual se ha transformado en una de las organizaciones criminales más poderosas y peligrosas de México durante la última década, de acuerdo con Vice.
El CJNG ha estado involucrado en una feroz disputa en el estado de Michoacán con una coalición de grupos locales conocidos como Cárteles Unidos en los últimos años. De hecho, la violencia ha provocado un desplazamiento generalizado de civiles en varias zonas rurales del estado.
De acuerdo con los informes, el ataque con drones tuvo lugar el lunes 10 de enero en el municipio de Tepalcatepec, un sector situado en los límites de los estados mexicanos de Michoacán y Jalisco (por eso el nombre CJNG).
Nemesio Oseguera, también conocido como El Mencho, es el fundador del cártel con sede en Jalisco. Oseguera creció en Michoacán y durante mucho tiempo ha querido controlar el estado al atravesar rutas de tráfico que comienzan en importantes puertos marítimos.
Todavía no está claro quiénes fueron las víctimas del ataque con drones, sin embargo, hay algunas hipótesis. El medio mexicano El Universal afirmó que se trataba de un campamento llamado El Bejuco, el cual estaría compuesto por personas desplazadas de un pueblo diferente en Michoacán.
Por otro lado, La Jornada sugirió que las personas atacadas eran miembros de una milicia local de autodefensa. Este medio citó una fuente anónima que dijo que al menos una persona resultó herida y que no hubo informes de muertes.
No obstante, esta no es la primera vez que los drones armados han aparecido en México dentro del contexto de la guerra contra las drogas. En 2017, la policía del estado central de Guanajuato arrestó a miembros de un grupo criminal que tenían dispositivos aéreos no tripulados equipados con explosivos.
Desde ese momento, el uso de drones asesinos ha aumentado, especialmente en Michoacán. En abril de 2021, un dron supuestamente operado por miembros del CJNG (o de un grupo criminal rival) arrojó unas bombas sobre un cuartel de la policía local cerca de la localidad de Aguililla, lo que dejó a dos policías heridos. Aguililla es la ciudad natal de El Mencho y está aproximadamente a 50 millas al norte de donde ocurrió el ataque del lunes 11 de enero.
El CJNG es conocido por su impresionante arsenal de armas y tanques caseros que los combatientes han mostrado en otros videos virales. El cártel en cuestión también ha sido vinculado a una red de traficantes que importaba accesorios de armas de Estados Unidos a través de eBay.
Con la tecnología militar como los drones asesinos más accesibles que nunca, el enfrentamiento entre las facciones narcotraficantes no tiene para cuándo detenerse, además de que marca una tendencia digna de preocupación.