En 2016, Volkswagen dio inicio a una familia de autos conceptuales futuristas llamada I.D. Primero, vimos un hatchback del tamaño de un Golf, seguido por un crossover con una línea de techo con forma de fastback, una interpretación moderna del emblemático Bus con motor trasero. Finalmente, un sedán de alta gama que pronto se colocará en la cima de la línea de la compañía. Con la excepción del R —un auto de carrera diseñado para Pikes Peak— cada I.D. se monta en una plataforma modular llamada MEB.
«Hay un mercado real para los autos eléctricos. Solo tenemos que entender lo que los clientes quieren ver», dijo a Digital Trends (inglés) Christian Senger, jefe de e-mobility de Volkswagen. Mencionó como ejemplo a Noruega, donde el 30 por ciento de los automóviles nuevos funcionan con electricidad.
La plataforma MEB permitirá a Volkswagen experimentar con diferentes tipos de vehículos eléctricos y ver qué tal funcionan. Es lo suficientemente flexible como para aguantar cualquier cosa, desde el I.D. Hatchback al I.D. Vizzion, que es más o menos tan grande como el majestuoso A8 de Audi.
El I.D. Buzz se aprovecha de una evolución reforzada de la plataforma MEB que Volkswagen también podría usar para crear un SUV de siete plazas en la línea del Atlas.
En los últimos años, los incentivos del gobierno han apuntalado las ventas de vehículos eléctricos e híbridos en mercados clave como Europa y Estados Unidos. Por ello, muchos fabricantes enviaron señales de SOS, preocupados de que las ventas cayeran en picada cuando el gobierno estadounidense anunció que podría poner fin al programa de incentivos. El caso es que Volkswagen no está apostando a los incentivos para hacer que sus EV sean populares.
«Los subsidios no son todo. Esperamos que todavía haya algunos programas de asistencia disponibles, pero el negocio no se basa en eso. En Volkswagen planeamos llegar a fabricar un millón de autos eléctricos al año; ese es el tamaño de algunos OEM. ¿Se podría crear un negocio de tal envergadura, basándose sólo en recibir subsidios, o confiando en los programas de apoyo del gobierno? De ninguna manera. Aquello te mataría», dijo Senger.
Los ingenieros tampoco se están encerrando en un único tipo de energía. Las mentes más brillantes de la industria automotriz coinciden en que los paquetes de baterías de iones de litio impulsarán los vehículos eléctricos en el futuro previsible, pero estas mismas mentes también están trabajando arduamente para hacer realidad las baterías de estado sólido.
En teoría, la plataforma MEB es compatible con diferentes tipos de baterías, siempre que las dimensiones básicas del paquete siga siendo la misma. La plataforma también está lista para la conducción autónoma, ya sea que el mentado nivel cinco llegue en 2025 o en el 2050. Los ingenieros dejaron suficiente espacio en la plataforma para instalar los enormes ECU necesarios para programar a un automóvil manejarse por sí solo.
Hasta ahora, un “parecido de familia” ha vinculado todos los conceptos, incluso al R, a pesar de ser un modelo único que no comparte piezas con sus hermanos más prácticos. Algunas sugerencias de estilo harán la transición del concepto a la producción, pero los productos finales podrían verse diferentes, todo a medida que los estilistas continúen haciendo cambios.
«La mayoría de los modelos I.D. todavía no tienen un diseño definitivo. Si nos fijamos en la apariencia del último año y medio, veremos una evolución, y supongo que continuaremos optimizando este lenguaje de diseño», dijo a Digital Trends el jefe de Volkswagen para Norteamérica, Hinrich Woebcken.
Volkswagen comenzará a construir el I.D. hatchback —un nombre que también podría cambiar— en 2019. El Crozz seguirá poco después, y podría ser ensamblado en la fábrica de la empresa en Chattanooga, Tennessee. El Buzz llegará después del cambio de década, y el Vizzion completará la primera parte de esta ofensiva en 2022.
Woebcken también reveló que, al igual que algunos de sus rivales, Volkswagen está considerando lanzar un servicio de suscripción en los Estados Unidos. Es una opción que permanece sobre la mesa, pero nadie ha tomado todavía una decisión final. Woebcken, Senger y otros responsables con los que hablamos predicen que los modelos I.D. ayudarán a transformar a Volkswagen, al igual que sucedió con el Golf original cuando tomó el relevo del venerable Beetle.
«Hemos acortado el tiempo de desarrollo. Es un programa de cuatro años. Estamos diseñando una nueva plataforma, un nuevo sistema de propulsión y nuevos componentes electrónicos. Usualmente no combinas todo esto. Pero para reimpulsar Volkswagen, decidimos hacerlo todo junto», concluyó Senger.