Nuevos documentos internos de Uber filtrados a Recode detallan un cierto progreso en el afán de la compañía de contar —algún día— con una flota de vehículos completamente autónomos.
Eso sí, como estos mismos documentos revelan, las mediciones mensuales de Uber no son precisamente constantes. Pero algo es algo, y más teniendo en cuenta que la batalla judicial con Google por la tecnología con conducción autónoma recién comienza.
La flota autónoma que Uber tiene repartida por Pennsylvania, California y Arizona, está sumando más millas que nunca, aunque sus vehículos no están precisamente mejorando —al menos, de manera estable— en estas mediciones. Según se ha podido saber, Uber ha clasificado sus mediciones en rangos diferentes: 1) por cuántas millas un vehículo se conduce por sí mismo antes de que un humano tome el control por cualquier razón (algo que Uber llama «millas por intervención»); 2) cuántas millas un vehículo se conduce solo antes de una toma de control «crítica» por parte del conductor (para evitar “dañar o ser dañado”); y 3) por cuántas millas un vehículo se conduce por sí mismo antes de sufrir una «mala experiencia» en general.
Con respecto al punto 1 (lo definido como “millas por intervención”), todo parece indicar que la flota de Uber no está haciendo —precisamente— grandes cosas. En enero, un vehículo autónomo de Uber podía auto-conducirse por 0.9 millas antes de que un conductor tomara el volante. En febrero, ese número había subido hasta una milla completa, antes de caer de nuevo a 0.71 millas. La semana pasada, el promedio fue de 0.8 millas.
Cuando se trata de una “toma de control crítica” (punto 2; fundamentalmente, por el miedo a un accidente) los datos de Uber tienden al alza, aunque de forma bastante errática. A principios de febrero, un vehículo autónomo podía recorrer 125 millas sin una intervención crítica, pero a la semana siguiente ese número bajaba a 50 millas. Para la tercera semana de febrero, la autonomía se disparaba hasta las 160 millas, antes de bajar otra vez a las 115 millas la semana siguiente. En la última medición, tomada la semana del 8 de marzo, la distancia recorrida antes de la intervención “crítica” era de 196 millas.
Finalmente, en relación al punto 3 («malas experiencias», como detenciones violentas y/o conducción brusca), la flota de Uber parece estar empeorando. A mediados de enero, los vehículos auto-conducidos de la empresa promediaron 4.5 millas antes de una mala experiencia, pero para el mes siguiente este rango había bajado a 2 millas, número que se mantuvo durante la primera semana de marzo.
Como bien lo señala TechCrunch, todos estos números filtrados a Recode dan una idea aproximada del funcionamiento real de los vehículos autónomos de Uber. Eso sí, vale la pena recordar que estos carros todavía están determinando rutas y en lo que podríamos definir como “proceso de aprendizaje”. Sin embargo, estas cifras también muestran variaciones bastante bruscas en términos de seguridad y fiabilidad.
Y sí: quizá los carros de Uber aún están “aprendiendo”, y ostentan unos números que, sin duda, pueden ir mejorando hasta llegar (algún día) a la auto-conducción completa y 100% segura. Pero, de momento, este tipo de variaciones tan erráticas no inspiran demasiada confianza. Las cosas como son.