Es oficial: el segmento de los SUV de tamaño medio está congestionado. Cada vez, más fabricantes están apostando por este tipo de vehículos. Kia Tellurride, Honda Pilot y Hyundai Palisade son algunos de los ejemplos de buenos automóviles que están llamando la atención en este mercado. Otro de los contendientes es el totalmente rediseñado Toyota Highlander.
Básicamente, el Highlander se ofrece en dos ediciones, con motor a gasolina y un tren motriz híbrido. Tras probarlas, la recomendación es optar por la segunda, pese a que ambas son muy buenas alternativas. La gasolinera, eso sí, tiene más donde elegir, con cinco versiones, a diferencia de la híbrida, que solo cuenta con cuatro.
De todos modos, la más atractiva es esta última, aunque su versión de entrada (LE) de $38,200 dólares es más costosa que su par convencional, cuyo valor se inicia en $36,800, es decir, una diferencia de $1,400. Al tope de la pirámide, ocurre exactamente lo mismo, pues mientras la debutante híbrida Platinum parte en $48,250, la gasolinera del mismo nivel de acabado se comercializa desde $46,850.
¿Porque recomiendo la híbrida? Es muy sencillo: entrega 36 millas por galón (15.3 kilómetros por litro), un rendimiento combinado excepcional para el tipo de vehículo del que estamos hablando, capaz de trasportar a siete pasajeros, aunque el espacio de la tercera fila es más recomendable para menores de 12 años. Además, la cifra representa una eficiencia 24 por ciento superior respecto del modelo de 2019, que ofrecía 29 mpg (12.3 km/l).
Manejar el Toyota Highlander 2020 es simplemente un lujo, porque su conducción es excepcional y el agarre es digno de un deportivo.