Uno de los desafíos más complejos que deben afrontar los especialistas en restauración de vehículos es conservar la esencia natural de los modelos, un reto que ha cumplido con honores Singer Vehicle Design (SVD). Tras asociarse con la firma de ingeniería alemana Bosch, la compañía con sede en California dio vida a un muy avanzado Porsche 911 refrigerado por aire sin comprometer en lo absoluto su carácter único e inimitable.
SVD ha denominado con el nombre de Dynamic and Lightweight Study (DLS) a su último proyecto, que tiene su origen en un Porsche de la generación 964 de la variedad modelo 911. Construida a principios de la década de los 90, la unidad actualmente solo cuenta con componentes modernos.
Para comenzar, el DLS ha recibido un motor de 4.0 litros de seis cilindros en línea desarrollado conjuntamente por SDV y Williams Advanced Engineering. El nuevo propulsor es refrigerado por aire, tal como el modelo original de seis cilindros, y no por agua, como sucede con los motores modernos de la empresa. El bloque genera una potencia de 507 caballos de fuerza (hp) a 9,000 revoluciones por minuto (rpm), que llegan a las ruedas traseras a través de una transmisión manual de seis velocidades.
A Bosch se le encomendó la misión de desarrollar un moderno sistema electrónico de control de tracción, capaz de mantener la parte delantera del auto estable, sin afectar la experiencia de conducción, incluso en las particulares condiciones que impone una pista de carreras.
Trabajar desde el inicio del proyecto con compañías del prestigio de Bosch y Williams se ha traducido en importantes puntos a favor, ha reconocido SDV. Uno de los casos más icónicos es que los sensores que proveen de información al sistema de control de tracción estén perfectamente integrados en el automóvil.
El resultado de la labor mancomunada se ha traducido en la puesta en escena de un superauto deportivo magistralmente diseñado, que se asemeja claramente a un 911 clásico y se conduce con la misma esencia del original, pero que cuenta con el valor agregado de proporcionar modernidad y tecnología de punta.
«Nuestro equipo adoptó el desafío de adoptar el control electrónico de estabilidad (ESP) de una manera actual, respetando el patrimonio», indicó en un comunicado el presidente de Bosch Engineering Group, Keith Andrews, al citar al respeto por el carácter clásico del Porsche 911 que ha conservado en esta versión modificada.
En lo que respecta al reto que implicó aligerar los componentes del auto, SDV fabricó numerosas partes, incluyendo la tapa del cofre y el cobertor trasero del motor, en fibra de carbono. Los esfuerzos por ahorrar peso continúan en el interior, donde los asientos, el tablero y el volante aparecen en la lista de piezas fabricadas con materiales ligeros. Según la revista Automobile, la “dieta” a la cual fue sometido el DLS se tradujo en una considerable pérdida de libras, con un total de 2,180, lo cual equivale a una tonelada.
Esta verdadera avalancha de modificaciones aplicadas en este vehículo son mayores que las realizadas en el Project Gold (que también implica la restauración de un 911 con motivo del aniversario del fabricante de Stuttgart), pero lo fundamental es que no alteran la silueta histórica que ha caracterizado por tantas décadas al legendario carro alemán.
Si el presente del DLS es alentador, su futuro se anticipa aún más promisorio, pues SDV contempla la construcción de 75 ejemplares del vehículo, que serán comercializados a partir de los $1.8 millones de dólares, una cifra que no incluye el costo que paguen los consumidores a la hora de agregarle opcionales a la configuración del auto.