Tratar de mantener un automóvil como el Ford Mustang fiel a sus raíces a la vez que se actualiza, es un asunto complicado. A los tradicionalistas les encanta el Mustang en su forma más pura: un gutural y poderoso muscle car con un enorme V8 y transmisión manual. Sin embargo, el propietario promedio desea un mejor manejo, una mayor eficiencia de combustible y un estilo que no parezca fuera de lugar cuando va a buscar a sus hijos al colegio.
Ese es el problema que Ford estaba mirando cuando llegó el momento de actualizar el Mustang para su sexta generación. Ford incluso quería vender esta famosa creación estadounidense en Europa, por lo que estaba claro que el Mustang necesitaba algunos cambios drásticos.
Con ese fin, el Ford Mustang 2015 tenía ya un estilo que miraba hacia el futuro en vez del pasado, con una suspensión trasera independiente, y el turbo ecoboost de cuatro cilindros de Ford. Los cambios irritaron a aquellos que querían que el Mustang —por sobre todas las cosas— no se tocara. Sin embargo, los cambios fueron exitosos, y ya con su actualización de 2018 el Mustang moderno se encuentra en perfectas condiciones para lidiar con sus rivales. Con cualquiera.
El Ford Mustang 2018 es una versión actualizada del carro de la generación actual. Junto con algunos ajustes de estilo (para actualizar el exterior), el panel de instrumentos “tradicionales” se ha vuelto totalmente digital, lo que complementa las nuevas opciones de menú. Se pueden encontrar actualizaciones sólidas en todo el tren de transmisión, además de una suspensión activa opcional que ayuda a los conductores a mantener el control.
Aún se ofrece un motor V8 de 5.0 litros y un ecoboost de 2.3 litros, pero el V6 de aspiración natural se ha puesto en el congelador… hasta nuevo aviso. El V8 ha sido rediseñado para que produzca ahora 460 caballos de fuerza y 420 libras-pie de torque. Se trata de una maniobra que va directamente contra el Chevrolet Camaro V8 de 6.2 litros que genera 455 caballos de fuerza, y el Dodge Challenger V8 de 6.4 litros que bombea 485 caballos de fuerza. Ambos motores del Mustang pueden combinarse con una transmisión manual de seis velocidades o una nueva automática de 10 velocidades.
En el interior, atrás quedaron los medidores analógicos que previamente flanqueaban una pantalla de información en el clúster del tablero, reemplazados ahora por unos medidores completamente digitales. El panel de instrumentos muestra las indicaciones cuando la navegación está activada, permite el acceso a una multitud de menús y cambios de gráficos, dependiendo del modo que se esté utilizando.
Muchas de las configuraciones también se pueden personalizar y guardar bajo un perfil de conductor. Diferentes modos preestablecidos —como «Sport» y «Track»— todavía están disponibles con solo pulsar un botón, pero ahora a través del menú del panel de instrumentos se pueden ajustar con parámetros individuales. Por ejemplo, a un conductor puede que le guste una dirección más ajustada del modo deportivo, aunque prefiera mantener una configuración de suspensión más suave del modo «Normal».
Una vez que configura un perfil, se guarda fácilmente presionando un botón. El Camaro y el Challenger también ofrecen modos de conducción y pantallas LCD, pero el Mustang es el primero en hacerse completamente digital.
Más allá de eso, la cabina permanece similar al año pasado. Los tableros grandes y gruesos forman el control de mandos, los interruptores tipo avión controlan los modos de conducción y los asientos de atrás son… sólo para los desesperados.
El precio de un Mustang GT comienza en $35,095, y desde allí, sube. Comparado con los precios de entrada para un Camaro similarmente equipado ($37,995 para el 1 SS) y el Dodge Challenger ($38,995 para el R/T Scat Pack), parece un buen precio.
Sin embargo, si optas por el ajuste premium, subes a una línea de base de $39,095. Hay muchas opciones de personalización para ruedas, pinturas y asientos, y los paquetes de rendimiento con el sistema de amortiguación Magneride suman dólares rápidamente.
La lealtad a la marca juega un papel muy importante en los fanáticos que eligen entre los distintos muscle car. Aún así, creemos que si te pasaran las llaves de un Mustang para usarlo por un fin de semana, no serías capaz de contener tu emoción. El modelo 2018 es rápido, razonablemente equilibrado y tiene una cabina futurista que supera a sus pares.
El Mustang 2018 está llegando a los concesionarios este mismo otoño.